XV.

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- ¡Me niego!- gritó Konohamaru.

El ex-aprendiz, ahora nombrado oficialmente como miembro de la tripulación, se aferraba al suelo del barco.

La nave...

Se estaba hundiendo.

El barco de los piratas finalmente había llegado a su final. La vieja nave, aquella con la cual la tripulación había iniciado su viaje hace años atrás, finalmente había caído.

- ¡Evacuen la nave! ¡Evacuen la nave!- cantaba Yachiru corriendo por toda la proa contenta como solo ella podía en una situación similar.

- ¡Ni de chiste!- musitó Konohamaru.

Si Naruto estuviese en esta misma situación, seguramente, el capitán se hundiría con su nave orgullosamente.

- Yo...-

Konohamaru alzó su cabeza del suelo observando hacia todos lados.

Podría haber jurado que por un segundo había escuchado la voz de una mujer. Un tono de voz suave como las olas rompiendo contra la costa.

A metros de ellos, en una de las cinco naves enemigas que quedaban, Revy corría por el territorio enemigo soltando bombas y disparos, hiriendo y matando a cualquiera que se atraviese en su camino.

- ¡Maldito sushi! ¡¿Ya tienes todo preparado?!- gritó la chica.

Revy se dio media vuelta alojando una bala entre ceja y ceja a un marine a 58 metros de distancia.

Ese bastardo de Shikamaru... ¿Hasta tan lejos podría planear? La batalla naval se había dado tal como la mano izquierda del capitán había previsto. Como si fuese una partida de Shougi, solo un movimiento más y...

¡Boom!

La nave enemiga más alejada estalló de repente.

- ¡Maldito infeliz! ¡Avísame!- se quejó Revy aumentando su velocidad.

La última pieza, el último movimiento. Desde el agua, Kisame instalaría bombas a las afuera de los barcos. Aquello solo se podía hacer en esa instancia, con pocos enemigos al contar con escasas bombas.

De principio a fin, Shikamaru había acertado en todo, y sobretodo confío en las habilidades de sus nakamas.

- ¡Bastardooo!-

Con un grito, Revy saltó por la borda del barco enemigo hundiéndose en el agua.

¡Boom!

¡Boom!

Al instante, las cuatro naves enemigas restantes estallaron en una lluvia de escombros.

Las pilas de humo que ascendían hacia el cielo no tardaron en aparecer. El fuego se había propagado incluso estando alrededor del mar. Los cuerpos de los marines navegaban siendo llevados por la corriente, algunos hundiéndose en aquella masa de agua.

- ¡Ganamos! ¡Ganamos!- festejó dando pequeños saltos en su lugar Yachiru.

Solo la voz de la pequeña se podía oír en el lugar gracias al silencio que se había instalado en el campo de batalla. La voz de la chica, y el crispar de las llamas.

Revy salió a flote del agua dando un suspiro, y una sonrisa victoriosa.

A lo lejos, Kisame caía cansado en la costa de la isla. A pesar de su resistencia sobrada, batallar contra 40 barcos enemigos era cansador. Eludir los ataques, lanzar ataques masivos de agua contra las duras defensas de la marina, si que se había cansado.

- Aunque solo un poco...- mencionó sonriendo Kisame mostrando sus dientes afilados.

El Gyojin cambió su expresión al sentir la tierra temblar a su alrededor.

Voluntad Heredada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora