Capítulo 26.

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FEBRERO.

Es verdad que me gusta la aventura, las sorpresas y las novedades, pero no voy a negar sentir cierto placer hacia la rutina. Es ordenada, limpia y cuadriculada, un poco como yo. Me miro en el espejo del ascensor y me examino. Unas mallas de cuero negro y un jersey gris del que asoma una camisa blanca por el cuello y el bajo. Unos botines y un gran bolso MK blanco y negro en el que llevo el portatil.
Me veo igual que siempre, quizás con menos ojeras que cuando hay clases pero no me veo diferente. No estoy distinta.

Por dentro me siento completamente cambiada. Desde que les conocí estoy cambiada. Cuando Rubén apareció en mi vida todo ha sido como una puta montaña rusa.

He descubierto sentimientos que no sabía ni que tenía y me he sentido de formas que no creía posibles.

Ruge el motor del coche y me dirigo a toda la velocidad hacia la facultad, llego un poco justo pero llego. Me prometo a mi misma que cuando salga de clases hablaré con Rubén. Él no me ha enviado ni un mensaje, ni me ha llamado, aunque, teniendo en cuenta como me largué dejandole solo, creo que es lógico.

Cuando estoy delante del edificio aún están llenos los jardines de estudiantes charlando. Encuentro con la mirada a los gemelos entre un grupo de chico guapos. Mis amigos.
Aparco a su lado mientras ellos y casi todo el campus se giran hacia mi. Salgo con cuidado mientras miro a mi alrededor extrañada. Cierro la puerta y miro a mis amigos, justo en ese momento se ponen a gritar y a hacer el imbecil. Es por el Porsche, hombres.

Paso entre mis amigos ignorandoles y me acerco a los gemelos. Diego pasa un brazo por mis hombros y me da un beso suave en la sien.

-¿Como te encuentras? -me susurra al odio aún sin apartar la cabeza.

-Mejor, esta tarde iré a verle. -sonrío cuando se aparta y me dice que me anime.

Rob me da un golpecito en el pecho para llamar mi atención.

-Subete anda, como cuando eramos pequeños. -me dice mientras se señala la espalda.

-Ni de broma, ¿quieres que nos mire todo el mundo?

-Ya nos mira todo el mundo nena. Las tias porque quieren acostarse conmigo y porque te odian. Los tios porque quieren acostarse contigo y porque has llegado en un cochazo.

Suelto una carcajada al tiempo que pego un salto y me agarro a su cuello mientras enrollo las piernas en su cintura.

Rob se pone a correr hacia la puerta de la primera clase conmigo encima. Por el pasillo un par de profesores nos mira mal aunque algún otro se rie cuando pasamos.

Entramos en el aula y Rob baja las escaleras saltando, y temo el comernos el suelo. Al llegar a la cuarta fila, que es donde solemos sentarnos, me deja encima de la primera silla.

-Somos unos inmaduros. -digo cuando Rob salta por encima de mí y se sienta a mi lado. Estoy sacando el Mac del bolso cuando empiezan a aparecer el resto de los alumnos.

Las horas pasan rápido, principalmente porque, al ser el primer día después de las vacaciones, los profesores se centran en resumir cual será el temario para el resto del trimestre.

Evito comer en la universidad para no distraerme y no tener excusas para ir a ver a Rubén.
Al llegar a casa me preparo una ensalada. Esto es por su culpa, no tengo hambre por los nervios.

Sentada en el sofá, enciendo el ordenador para matar el tiempo y cuando me dispongo a pasar los pocos apuntes de hoy a limpio, una notificación automatica de Skype me incita a entrar a mi cuenta y a ver si él está conectado.
Aunque su usuario me sale como inactivo, veo que uno de los disponibles es Willy, y no dudo ni un segundo en activar la videollamada.

Tu tan de Ron y yo tan de Vodka. [Rubius]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora