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Jeon la llevó al hospital más cercano y ambos se quedaron perplejos ante el resultado de los exámenes que el médico le había realizado a Faith.

La razón del cansancio extremo y los mareos que había sufrido era nada menos que un embarazo. El ginecólogo les dijo que el aterrador episodio sufrido en la oficina de Jeon había sido una amenaza de aborto causado por todo el estrés que la joven tuvo desde los últimos días.

Acostada en la cama de su habitación privada y con la vista perdida en la pared, la italiana pensaba. Debía de haberse dado cuenta de los síntomas, además, de acuerdo a sus cuentas y lo que el médico había dicho, lo más seguro es que quedó embarazada la primera vez que se acostó con Jungkook. Tal como él lo había dicho.

Su sueño más anhelado se había vuelto realidad, y por su falta de atención, casi lo perdía para siempre.

―El médico te dará el alta en unas horas. ―Jungkook entro a la habitación, se acercó a ella y tomó de la mano. ―Debes estar en absoluto reposo. ―

―Lo sé. ―dijo ella sin apartar la vista de la pared.

Jungkook no la había dejado sola ni por un momento. Había sido todo lo que un marido debía ser.

―Dejé que mi orgullo se interpusiera entre nosotros... ―dijo él.

Era una afirmación demasiado sorprendente como para que ella no se girase sobre la almohada para mirarlo.

― ¿Qué quieres decir? ―

―Siempre he querido un hijo contigo. ―admitió el joven con mirada sombría. ―Pero cuando descubrí los anticonceptivos, creí que tú no deseabas que yo fuese el padre. ―

― ¿Qué hay del divorcio? ―Faith sintió un nudo en la garganta.

―Te lo daré si es lo que realmente deseas, pero ahora que sé qué esperas un hijo mío, no me alejare de él nunca. ―

―Bien... Ahora quiero dormir. ―murmuró ella y giró de nuevo la cabeza para que Jungkook no la viera llorar.

―Hazlo... No te molestaré. ―

Se hizo el silencio.

―Me gustaría estar sola. ― susurró la italiana.

―No creo que debas estar sola. ―

―Vete a tu casa, por favor. ―le dijo con voz lúgubre. ― ¿No tienes trabajo o algo más que hacer? ―

Cuando la puerta se cerró, Faith volteó la cabeza sobre la almohada otra vez y centró la mirada en la silla vacía en la que Jungkook acababa de estar sentado.

Quería que se fuese, pero con la misma rapidez e irracionalidad, lo quería ahora de vuelta. Se tocó el vientre con suavidad y pensó que Jeon cumpliría su promesa y no se alejaría nunca del bebe que estaban esperando.

Por su parte y deseando no estar solo en un momento así, Jungkook fue a su lugar seguro, la casa de sus primos. Los tres Kim sabían que desde hace días su joven primo no se encontraba anímicamente bien. Cuando Jeon les contó lo sucedido con Faith, no hicieron más que comprenderlo y apoyarlo.

Ya habían notado un gran cambio en la actitud desinteresada y arrogante de Jungkook desde el momento que se había encaprichado con seguir casado con la italiana. Sin embargo, la noticia del embarazo hizo que ninguno de los tres pudiera ocultar su asombro.

―Entonces, ¿ya es oficial? ―le preguntó Seokjin a su joven primo mientras esté le daba un sorbo a su trago de bourbon.

―Si. ―contesto Jungkook con amargura.

El Capricho del CEODonde viven las historias. Descúbrelo ahora