1. NOVIEMBRE I (Primavera)

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KIHYUN

🔞

Aún tenía los ojos cerrados cuando sentí sus labios deslizándose por la curva de mi hombro, antes de bajar un poco más y dejar un reguero de besos al lado del ombligo;
besos dulces y delicados, de esos que te hacen estremecerte. Sonreí. Y luego la sonrisa desapareció cuando noté su aliento cálido cerca de las costillas. Cerca de él. De las palabras que un día Hyungwon trazó con sus dedos en mi piel, ese «Let it be» que llevaba tatuado.

Me removí inquieto antes de abrir los ojos. Apoyé una mano en su mejilla y tiré de él hasta que su boca encajó con la mía y una sensación de calma me inundó. Nos quitamos la ropa en el silencio de aquella mañana tranquila y soleada de un sábado cualquiera. Lo abracé cuando se deslizó dentro de mí. Lento. Profundo. Fácil. Arqueé la espalda cuando necesité más, ese empuje final duro e intenso. No lo encontré. Colé una mano entre nosotros y me acaricié con los dedos. Nos corrimos a la vez. Yo respirando agitado. Él gimiendo mi nombre.

Se apartó a un lado y me quedé mirando el techo blanco y liso de la habitación. No pasó mucho tiempo antes de que me incorporase en la cama y él me sujetase de la muñeca.

-¿Ya te marchas? -Tenía la voz suave.

-Sí, tengo muchas cosas que hacer.

Me levanté y fui descalzo hasta la silla en la que había dejado tirada mi ropa la noche anterior. Mientras me vestía, Minhyuk me miraba, aún tumbado entre las sábanas, con las manos tras la nuca. Me ajusté el cinturón fino antes de ponerme la camiseta por la cabeza. Me colgué del hombro el maletín que mi hermano me había regalado por Navidad y terminé haciéndome una coleta de camino a la puerta.

-Eh, espera. Un beso antes de irte, ¿no?

Me acerqué a la cama sonriendo y me incliné para besarlo. Me acarició la mejilla con ternura antes de suspirar satisfecho.

-¿Nos vemos esta noche? -preguntó.

-No puedo, estaré en el estudio hasta tarde.

-Pero es sábado -insistió-. Vamos, Kiki.

-Lo siento. ¿Cenamos mañana?

-De acuerdo.

-Yo te llamo.

Bajé por las escaleras del edificio. La luz del día me recibió templada bajo el cielo grisáceo. Saqué los auriculares del maletín mientras caminaba, cogí una piruleta y me la llevé a la boca. Crucé corriendo por un paso de peatones justo cuando el semáforo estaba a punto de cambiar a rojo y atravesé un parque salpicado de flores que me servía de atajo hasta mi estudio.
En realidad, no era mío, no completamente.
Pero había trabajado duro durante aquellos años de universidad para conseguir una beca que me permitía disponer de un pequeño espacio para mí.

Cuando llegué, el olor a pintura lo envolvía todo. Dejé mis trastos encima de una butaca redonda y cogí la bata que estaba colgada tras la puerta. Mientras me la anudaba, fui acercándome al cuadro que presidía la vieja buhardilla.

Me estremecí al contemplar los trazos delicados de la curvatura de las olas, las salpicaduras de espuma y la luz iridiscente del sol que parecía resbalar por la tela. Cogí la paleta de madera y mezclé algunos colores mientras seguía mirando de reojo aquel lienzo que parecía desafiarme de algún modo retorcido. Alcé el pincel y noté que me temblaba la mano cuando los recuerdos se desbordaron. Se me encogió el estómago al rememorar la noche que tuve que ir corriendo allí porque de repente necesité pintar aquel tramo de playa que conocía tan bien, a pesar de que hacía ya tres años que no lo pisaba...

Lo que somos 2° Parte // HyungKi (Ad3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora