I have something to explain - 5sos stories

5. Eighteen

Ashton.

Al fin. Hoy era el gran día. Miré a ambos lados de mi habitación. En si estaba hecha un desastre, pero era aparente ya que lo único que la ocupaban eran mi maleta y mi mochila. El resto de cosas estaban perfectamente recogidas. Sabía que si no era así, mi padre cancelaría nuestro viaje, como hacía siempre.

Pero esta vez no era cualquier viaje, no. Había ahorrado durante un año entero trabajando por las noches en la discoteca de debajo de nuestro piso para al fin, poder irnos de viaje a Ámsterdam. Mis padres, aunque no muy convencidos, lo habían visto como una oportunidad para conocer mundo y no se quejaron. Yo solo quería visitar a mi princesa.

Oí unos ruidos bruscos al otro lado de la pared. Supliqué una cez más porque no fuesen mis padres de nuevo.

-¿¡Acaso te crees que soy idiota!?-. Dijo la mujer de mi padre.-La zorra esa solo quiere tu dinero.

-Esto es algo más que dinero joder-. Exclamó él.

-¿Que ocurre?-. Pregunté entrando al comedor.

-Tu madre no tiene sentimientos-. Le oí decir a mi padre.

"No es mi madre" . Pensé.

Ella lloraba sin descanso, apoyándose sobre la encimera.

-George, no puedes hacerme esto-. Dijo ella.

-¡Quizás si fueras mejor mujer no tendría tantas dudas!

Otra vez discutían. No podía aguantar más. Desde hacía un año y medio ellos no dejaban de discutir sobre mi padre y sus "amiguitas".

-Tenemos que irnos ya o perderemos el vue-. Fui interrumpido.

-¡No iremos a ninguna parte!-. Dijo él decidido.-No pienso ir a ninguna parte con esta mierda de familia.

Mis ojos se cristalizaron. Otra vez no.

-Yo...quiero verla-. Dije con lágrimas en mis ojos.

-Deja de llorar pedazo de marica.

Corrí a mi habitación. Sabía que si seguía llorando delante suyo él solo me insultaria y me pegaría.

Me acurruqué con una foto de ella entre mis manos.

-Te echo de menos-. Dije sollozando.

                   *  *  *

Tras dos años, he madurado bastante. Normalmente no comparto conversaciones con mi padre y la estúpida de su mujer. Lo veo innecesario. Hoy era mi decimoctavo cumpleaños. Al fin, era mayor de edad.

Me desperté y pensé varias veces. Al fin era libre. Al fin llegaba la hora de liberarme de mi padre y su asquerosa mujer.

Me levanté, me vestí, guardé ropa en mi mochila junto con mis ahorros y comida.

Caminé en dirección a la puerta y la abrí, aguardando a mi libertad. Pero una mano me agarró por el brazo.

-¿A dónde te crees que vas?-. Oí a mi padre.-Quítate esa ropa y empieza a limpiar la cocina.

Una media sonrisa se escapó de mí.

-¿Sabes qué? Tienes unas preciosas manos, así que ponte tu a limpiar. Y de paso avisa a la puta esa que te hace las mamadas para que le dé conversación a tu mujer. Yo ya estoy agotado de esta vida, y hoy, es cuando al fin os mando a la mierda, porque no quiero seguir formando parte de esto.

Me solté de su agarre y salí por la puerta, dejandole con la palabra en la boca.

                    *  *  *

Después de dos vuelos, un viaje en autobús y tres paradas de tren al fin había llegado. Entré por la puerta principal del hospital y me dirigí a la secretaria de la entrada.

-Hola, vengo a ver a Shane Irwin-. Dije.

Tras un buen rato, me dirigieron hasta su habitación y entré casi rompiendo la puerta. Mis lágrimas bajaban a cascadas. Tres años, tres años había esperado para esto.

-Ashton-. Dijo ella.

-Mamá-. Exclamé, fui a sus brazos y la abracé.-Te quiero, te quiero, te quiero...

-Yo también te quiero Ashy...

Pasamos un buen rato conversando sobre temas contidianos y abrazandonos.

-Dios Ash, como has crecido, ¿y tu padre?

Pensé en nombrar a Jessica, pero mi madre no tenía porque sufrir más.

-Papá está bien.

-Ashton, ¿estás bien? ¿A tu edad no se tiene mucho estrés?

Por mi cabeza apareció mencionarle a Jessica de nuevo. Apareció también contarle las marcas de mis brazos, los días de tortura a los que mi padre me sometía.
Los meses encerrado sin comer ni beber. Las visitas al psicólogo. Lo dolorosos que habían sido los años sin ella...pero, la amaba, y respondí lo que ella quería oír.

-No mamá, estoy bien ya que mi única responsabilidad es estudiar, solo tengo dieciocho.