— Wenhan... Más te vale que me des ahora mismo una buena razón para haber desafiado mi primo Yang...
— Zhan...
El pelinegro ordenó con su mirada justo al azotar la puerta de la habitación donde se había llevado al doncel. Puso las manos sobre su cinturón y Wenhan apenas podía obedecer.
Wenhan, tenía un semblante deseable y aunque el mismo no pretendía realizar el trabajo sucio, si soñaba con algún día lograr que uno de los narcos más importantes, se fijará en el y convertirse en dueño y señor de un imperio.
El rubio obedeció en el acto dobló sus rodillas, desató la cremallera de Zhan e hizo lo que tenia que hacer si quería salir con vida de ese lugar.
El pelinegro apenas y lo miraba, no le interesaba en ese momento nada más que su cavidad bucal. Así como podía ser Wenhan podría ser otro... Tomó su celular y envió un par de mensajes. Apenas inmutandose por el trabajo que hacia el otro.
No importaba, el solo quería relajarse un poco después de la batalla campal.
El doncel al menos debía reconocer que a la vista el jefe de la casa Xiao, era agradable. Zhan era un hombre alto, con un cuerpo atlético y su falo era grueso y largo. Cualquiera podría sentirse satisfecho fácilmente...
— No hagas un desastre.
El rubio asintió.
Despues de varios minutos, Wenhan se puso de pie limpiándose la comisura de sus labios.
Zhan subió su cremallera después de asegurarse que todo quedara meticulosamente impecable.
— Ahora dime... ¿Qué pasa con ese chico? ¿Se cree la gran cosa? ¿Cómo se llama?
El doncel se mostró asustado ante la mirada inquisitiva de Zhan.
— Habla... Recuerda que la única razón que tiene Yang para no cortarte la maldita lengua es mi polla. Habla.Wenhan asintió.
— Se llama Yibo... Wang Yibo. El no se cree la gran cosa... simplemente... Tiene... El no quiere. Su prima Yixia...—¿ Yixia? Ese nombre me suena.
— Fue la chica que convenció a otra para que te sedujeran cuando sólo tenías 16.
— La recuerdo, pero mi padre no la mató por eso. ¿Qué hay con ella?
— No la mató en ese momento por un amigo con el que tenía negocios... Ella era prima de ese chico Yibo.
— ¿Así que el se asustó al darse cuenta que su prima murió por estar metida en el negocio?
— Sí y no. El dice que no quiere tener nada que ver con la gente que mató a su prima, pero también ya no tiene interés en comprarse cosas caras...
— ¿Sabe que ella lo quería vender?
— No lo creo. Ellos eran muy unidos...
— ¿Cuál es el capricho de mi primo? ...— Zhan se sentía curioso. — ¿Es tan llamativo?
— Soy un doncel también, pero puedo juzgar que tiene lo suyo. Y bien puesto... Su piel es muy blanca y su cabello es dorado natural...
Zhan se burló. — No como el tuyo.
Wenhan rodó sus ojos.
— También tiene una figura esbelta y llama la atención. A decir verdad...
— ¿Tienes una foto?
— No señor. Ese chico se ha vuelto muy escurridizo.
Zhan se sirvió algo de whisky. — Dale lo que quiere al estúpido de mi primo pronto. — Masajeo sus cabellos. — Necesito que se concentre en el próximo cargamento. Ofrecele más dinero, deslumbralo... Hazle una oferta que no pueda resistir, haz lo que sea.. Si no funciona. Secuestra a su mascota si tiene o a su mamá.
— Si señor.
Wenhan estaba ahí justo en frente de el sin saber que hacer aún si irse o quedarte.
— ¿Qué estás esperando? —
El rubio se mordió los labios ante el gruñido de Zhan.
— Piérdete de mi vista.
— Sí señor.
— Ah y por favor, mándame a Luhan. Necesito que alguien termine.
— Si.
💚❤️
Caminó por el pasillo escuchando los gemidos y las risas de las personas que habían traído. Sonrió maldiciendo.
El con el corazón en la mano mientras los demás se divertían bailando y teniendo sexo desenfrenado. No era justo!
Cuando vislumbró la silueta de Yang y camino de puntitas para ver si la libraba.
— Wenhan... Ven acá.
El rubio tragó entero. Miró para todos los lados. No estaba Zhan cerca... El único que podía salvarlo.
Yang se puso de pie. Y puso su mano sobre el cuello del doncel. — Mi buen Wenhan. — Poco a poco fue apretando su mano. — ¿Sabes qué tienes que hacer?
— Si señor.
— No quiero más cosas baratas.
— Sí señor.
— ¿Cuánto te damos por las fiestas?
— 20.000 dólares. Señor. — Habló temeroso.
— Te daré 100.000 si recuerdas este nombre... Wang Yibo... Labios bonitos... Lunar cerca del entrecejo... Cabello rubio... Culo precioso...
— Sí señor.
— Puedes hacerlo. — Cuando le empezó a faltar el aire, Yang se burló perversamente. — Confío en ti, bebé. —En seguida lo besó.
Wenhan caminó alrededor después de liberarse de Yang.
— ¿Lu Han? ¿Qué estás haciendo?
El doncel se puso totalmente rojo al ser descubierto sonriendo y lo que para Wenhan era perder el tiempo con uno de los guardaespaldas. — Nada. Ya iba a regresar a la mansión.
— Más te vale. — Miró a Sehun. — ¿Sabes que Luhan es uno de los favoritos de tu patrón? ¿Quieres que Zhan te corte las manos?
— Y tu... Largate... No tienes que hacer nada con este muerto de hambre.
Sehun le gruñó, pero no podía hacer nada.
— Zhan le está esperando. ¿Y sabes lo que le va a hacer a Luhan?
— Vete a la mierda.