Capitulo V

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Como era de esperarse, el primer día del programa de inserción, Lauren, la inspectora, llegaba al lugar a la hora puntual, bajo de su hermoso deportivo y suspiro con pesar, sentía que esas dos horas pasarían lento, por un momento deseo estar en un operativo policial, o haciéndose pasar por alguna prostituta para atrapar algún mafioso o narco, eran de sus acciones favoritas, que justo en el momento en que el hombre intentara tocarla sacar su arma y apresarlo, aquello le daba más placer que otra cosa.

-Buenos días inspectora Jáuregui - escuchó una voz a su lado.

Esa voz la reconocía perfectamente, sexy y pausaba, era Claudia Contreras, la hija de uno de los oficiales más prestigiosos de todo el cuerpo policial de Madrid, incluso con un rango más importante que el de su jefe.

Esa chica la miraba con una sonrisa pícara, una que a Lauren incomodaba en ese momento. Claudia tenía treinta y cinco años y desde hace un tiempo ha intentado ligar con la inspectora, y es que a pesar de ser una mujer muy hermosa, Lauren no sentía ningún tipo de atracción por ella.

-Hola, Claudia, que bueno verte - le saludo con amabilidad.

-Lo mismo digo cariño, cuando mi padre me dijo que una de las mentoras ibas a ser tú, acepte sin dudar prestar apoyo, impartiremos la primera clase juntas.

Lauren simplemente le sonrió y juntas entraron a las oficinas en donde se daría la primera clase, en ella los jóvenes se presentarían y se les explicaría más a fondo en qué iba a consistir el programa.

-Aunado a eso haremos visitas a lugares de bajos recursos y ... - Lauren no pudo continuar hablando, pues en ese momento la puerta se abrió y por ella hizo aparición nada más y nada menos que Camila Cabello.

El corazón de la inspectora comenzó a latir con fuerza al ver a la chica ahí parada mirándola con una sonrisa, no entendía que era lo que le estaba pasando con aquella joven, no era algo que le ocurriera muy a menudo.

-¿Cuál es tu nombre? - le preguntó Claudia de mala manera.

Camila la miro de arriba a bajo con una ceja levantada.

-Camila Cabello.

-¿Es que acaso tus padres no te enseñaron lo que es el valor de la responsabilidad?

Lauren se mantuvo callada mirando la situación, una de las cosas que le pidieron a los mentores es que tratarán a los jóvenes con mano dura, nada de comprensión y mucha disciplina, si había que castigar y gritar tenían el pleno consentimiento de hacerlo.

-Me he equivocado de oficina - le respondió.

-La señorita Camila Cabello será la primera en demostrarle a cada uno de ustedes lo qué pasa cuando se rompen las reglas, aquí no les quitaremos sus coches de lujo -empezó hablar la mujer, para toda la clase-, no vamos a vaciarles sus cuentas bancarias, van a trabajar y dejar el sudor en la calle.

Lauren no entendió que era lo que estaba tramando, pero debía mantenerse al margen aunque por dentro estaba deseando sacar a la chica de ese apuro.

-Camila Cabello, te irás directo a la cancha y vas a correr por treinta minutos - le dijo, mirándola con seriedad.

La chica Cabello miro con asombro a la mujer, Lauren al notarlo se acercó a ella y le hablo por lo bajo.

-Es el primer día, déjaselo pasar - le pidió la ojiverde.

-No, si todos ven que le perdonamos su impuntualidad van a querer hacer lo mismo y sabes muy bien lo que nos pidieron, nada de condescendencia, y conozco a esta chiquilla, es una borracha rebelde hija de unos empresarios, es de las que más necesita mano dura - sentenció la mujer, dejando sin palabras a la inspectora.

Una Bala Directo al Corazón - CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora