El bosque me gustó, definitivamente, iría allí más a menudo cuando tuviera tiempo. Me resultó graciosa la manera en la que Aaron descubrió el bosque.
Me monté en el coche y estaba frío, pero sin llegar a exagerar.
─ ¿Qué te ha parecido el bosque? ¿Volverás? ─ Cuestionó, tras poner la calefacción.
─ Por supuesto, es precioso ─ afirmé con una sonrisa en la cara.
─ Me alegra oír eso.
─ Gracias por... no sé, acordarte de mí y llevarme ahí ─ ni siquiera sabía qué estaba diciendo, pero no quería quedarme callada y sumirnos a un silencio incómodo ─. Da igual, olvídalo.
─ De nada, pensé que podría ayudarte. Vas a sentirte muy presionada estos días, te lo digo por experiencia.
─ Pues, gracias, de nuevo.
Arrancó el coche y una pequeña vibración invadió el coche.
─ ¿Pongo música? Así no hay tanto... silencio.
─ Por mí sí, como tú quieras.
Aaron se inclinó para presionar con sus dedos masculinos el botón de encendido de la radio.
Comenzó a sonar la canción Confident, de Justin Bieber y Chance The Rapper, y por alguna extraña razón, me puse nerviosa. Había demasiada tensión para mí.Una ola de calor y nerviosismo me invadió cuando una mano se posicionó sobre mi muslo mientras él cantaba la canción con un tono bajo en su voz. Fue malditamente excitante. Tuve que hacer un gran esfuerzo por no ponerme a gemir en medio de ese coche, porque verdaderamente me calentaba que me pusieran manos ahí. Supuse que lo hacía inconscientemente, porque no demostró ni un poco de atención hacia mi persona o una sonrisa ladeada.
Cuando por fin llegamos, bajé del coche y entramos al palacio. Recé a todos los dioses posibles que no estuviera roja.
Cambié mi ropa por una camiseta holgada de The Beatles, un grupo que me gustaba de pequeña, y unos pantalones cortos de chándal. Aún todos estaban despiertos, los padres de Aaron habían organizado una fiesta de no sabía el qué, pero obvié que Aaron no pisó ese terreno lleno de adultos bailando y bebiendo, supuse que no quería ver el alcohol ni en pintura después de lo de la foto. Pero tampoco sabía dónde estaba Aaron.
Aunque eso era lo que menos me preocupaba en ese momento, solo me limité a pensar.
Era surrealista todo lo que me había estado pasando; hasta hacía unos días, vivía en una casa ─ en no muy buenas condiciones ─, sin hacer nada más allá de pasar tiempo con mi novio ─ ahora ex novio ─, leer y cuidar el pequeño jardín que teníamos, y ahora, vivía en un palacio lujoso, con el futuro rey del país como mi prometido.
Salí al balcón para despejar un poco mi mente y cuando el sueño se apoderó de mí completamente, me dirigí hasta mi cama y lo último que recuerdo es que me tumbé y solo dejé que el sueño me arrastrase. Aunque sí tuve momentos donde me levantaba de madrugada y sobrepensaba la situación, hasta que después de muchas vueltas, pude sacármelo completamente de la cabeza.
Por fin.
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¿Promesa? [✔️ COMPLETADA] ©
Ficção AdolescenteCanadá, un bonito país, una buena realeza y un futuro rey de veinte años condenadamente guapo. Aaron debe buscar una esposa para convertirla en reina con él, allí es donde conoce a Hazel. Una campesina de apenas diecinueve años que es obligada por s...