Cap.1 Extraño

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Me levanté de la cama, sin saber qué ese día al salir de mi casa todo cambiaría en mi vida.

Por las mañanas siempre suena una alarma antes de levantarme, pero hoy he sido  más rápida y ya estaba en pie 10 minutos antes de que sonara. No quería ir a clase, nunca me han gustado los estudios, siempre he pensado que son muy aburridos y no me enseñan nada de lo que me interesa, sobre todo odio historia, entiendo que es una asignatura que nos enseña de dónde venimos y muchas cosas más, pero es realmente aburrida. Hoy justamente tenía un examen de historia, tenía pensado no ir, pero ya me advirtieron que si volvía a faltar a clase me expulsaran definitivamente, así que no quedaba otra opción que ir.

Me vestí rápidamente con algo no muy llamativo, nunca he querido resaltar, no hay mucha gente que sepa quien soy a parte de mis compañeros, y mis verdaderos amigos están en la otra punta del país, aunque hace mucho tiempo que no hablo con ellos.

Peiné mi pelo anaranjado en una media coleta y limpié mi cara con agua fría para despertarme un poco más, la verdad es que me encanta hacer esto cada mañana, así puedo ver mis ojos verdes que me encantan, nunca digo cosas buenas de mi a la gente, pero esto me encanta decirlo.

Todos mis libros estaban amontonados sobre mi mesa, habían estado allí todo el fin de semana, no había tocado ni uno. Ya estaba mentalizandome para suspender otro examen de historia, ya que ni siquiera sabía de qué va el tema. Puse los libros en menos de 2 segundos en mi mochila y bajé las escaleras corriendo.

Cuando llegué a la cocina pude ver unas tortitas que tenían muy buena pinta, y al lado vi un carta hecha por mi madre,le ha sido difícil cuidarme desde que mi padre murió pero hace todo lo que puede y siempre ha sido muy buena comigo, la carta ponia:

¡Buenos días cariño! Te he hecho estas tortitas antes de irme, espero que te gusten mucho, el chocolate está en el segundo estante de la despensa, acuérdate de hacer tu cama antes de salir de casa  y de ponerle comida a Coco, que ya llego tarde al trabajo y no me da tiempo,también te he dejado dinero para que te compres algo en el bar del colegio.

Espero que te valla bien, un beso de mi parte♡.

Después de leer la carta la cogí y la dejé en una cajita que tengo guardada con todas sus cartas, me encanta guardarlas.

Acto seguido me comí las tortitas, que por cierto estaban buenísimas, y caminé hasta mi cuarto para hacer mi cama como mi madre me había dicho, cuando acabé Coco vino a visitarme a mi cuarto y me acordé que tenía que ponerle comida.

En ese momento escuché mi móvil sonar.

—Hola mamá—dije al coger el teléfono—¿porque me llamas?¿no estás trabajando?

—Hola cariño—dice mi madre con una expresión neutra— esque he tenido que coger el autobús, se me olvidó poner gasolina anoche, solo era para decirte que te valla bien en el cole y por favor ves, no quiero que te expulsen otra vez, además si te expulsan ahora será definitivo — me explica mi madre un poco molesta.

—Si mami no te preocupes— digo entre resoplos— solo que hoy tengo un examen de historia... Si quieres que te sea sincera no creo que aprobar— lo digo con sinceridad para que luego no se enfade comigo

—Tendrías que empezar a centrarte más, luego ya te acordarás de mi cuando seas mayor.

—Que si mami, venga ya me voy que aún llegaré tarde, adiós.

—Adiós cariño.

Le colgué, tenía algo más que decirme pero antes de que me lo dijera le colgué el teléfono, siempre he querido muchísimo a mi madre, pero hoy no estaba de humor para otro sermón.

El examen era a primera hora así que decidí saltarme las primeras horas de clase, total, no me van ha expulsar por eso, ¿no? La verdad es que espero que no porque sinos mi madre me llevará a un internado, y no me apetece mucho la verdad.

Durante esa hora que me hiba a quedar en mi casa decidí pintar un cuadro, podría no ser buena en los estudios, pero pintar es algo que me encanta, pensé en pintar un unos peces, siempre han sido mis animales favoritos, aun así, nunca se me había ocurrido pintar unos.

Aquel cuadro me quedó precioso, tenía toda la gama de colores  verdes, podría quedarme horas mirando lo que yo misma había hecho, no estaba terminado, aun así me parecía precioso. Pero al girarme un segundo en dirección a la pared donde se encontraba el reloj...

—¡¡¡Las diez y media!!!— grité

La clase empezaba a las once menos cuarto, ya la había cagado, si, me estaba saltando dos clases, pero a la clase de historia (hora del examen) no podía faltar, porque si no hacía ese examen, mi madre se enteraría y allí si que me metería en problemas.

Agarré mi mochila, y metí el dinero, no hay palabras para describir lo rápido que salí de allí.

Al salir, aunque llevaba mucha prisa, me di cuenta de algo.

Los árboles de delante de mi casa eran el doble de altos que hace 1 día, realmente eran enormes, pero no tenía tiempo para tonterías, llegaba demasiado tarde ya, no podía perder el tiempo.

Al final solo eran árboles que han crecido mucho, no era nada importante, tal vez había alguna razón científica.

¿no?

Desaparecidos por las rosasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora