Sonó la alarma repetidamente, Casey no se decidía en abrir los ojos, sabía que ese era el día y sus ganas estaban reducidas a cero. Se quejó varias veces dando vueltas en la cama envuelta en su sábana, finalmente estiró el brazo para detener ese insoportable sonido.
Abrió los ojos costosamente, el sol no ayudaba en el proceso, pasó su mano por ellos para conseguir un poco de nitidez. Cuando consiguió ver mejor cogió su móvil, esa mañana no entró a Instagram como de costumbre si no que fue a Whatsapp directamente, Mark y Rose ya le habían escrito varias veces, también había varios mensajes de grupos, se ve que se había corrido la voz. Bloqueó el móvil y refregó sus manos por su cara.
—Por qué tanto revuelo... —dijo para si misma aún con la voz ronca.
Después de estar varios minutos observando la nada, decidiéndose en si levantarse o quedarse un rato más tumbada, finalmente su estómago decidió por ella. Caminó abatida por los pasillos, como si de un muerto viviente se tratara, antes de conseguir llegar al baño uno de sus hermanos chocó bruscamente con ella.
—¡Kenny! —gritó Casey—, te he dicho mil veces que no se corre por casa, el niño siguió corriendo dirección a su habitación
—¡Yo no soy Kenny! —voceó entrando en ella,al escuchar eso Casey ladeó la cabeza confundida.
—¿Qué? Estaba segura de que era él —murmuró entrando al baño mientras rascaba su enredado pelo.
Nada más entrar se paró como siempre al espejo, bufó al ver su aspecto y comenzó a lanzarse a la cara varias ráfagas de agua tratando de despejarse. Seguidamente bajó a la cocina, su madre no estaba así que hizo el desayuno para los tres, ellos con un vaso de leche y cereales se conformaban así que no iba a calentarse la cabeza.
Antes de eso, se dirigió rápidamente al salón para encontrarse con Kenny en el sofá mirando su serie preferida.
«Pues no era él...» pensó dirigiéndose de nuevo a la cocina.
Se sentó en la mesa esperando que aparecieran los dos monstruitos que tenía como hermanos, pero como no lo hacían su paciencia comenzaba a agotarse.
—¡KENNY Y AUSTYN! —bramó Casey— Si no venís en 2 segundos vuestro desayuno acabará en la basura —dijo aún con el tono levantado.
No pasó ni una milésima y se escucharon los trotes por las escaleras, era Austyn que bajaba acelerado. Kenny imitó sus movimientos apareciendo por el salón.
Se sentaron de mala manera, Kenny con el pie sobre la silla y Austyn haciendo un lazo con sus piernas, Casey bufó pero evitó decir nada y comenzó a comer sus tostadas.
La paz y el silencio duró poco cuando el timbre comenzó a sonar, dejó con frustración la tostada en el plato y se levantó de golpe haciendo chirriar la silla. Kenny y Austyn ni se inmutaron, solo querían disfrutar de su preciado vaso de leche.
Abrió la puerta malhumorada, que para su sorpresa no era ni más ni menos que Emmanuel.
—Buenos días Casey —dijo con una amplia sonrisa en la boca ofreciendo un paquete el cual Casey cogió bruscamente
—Gracias —dijo desganada, Emmanuel tragó saliva costosamente
—Hoy es el gran día —dijo intentando romper el hielo.
—De gran no tiene nada —contestó igual de cortante.
—Estoy seguro de que os lo pasaréis bien —tartamudeó nervioso.
—Bueno, no estoy tan...
—¿Quién es este? —interrumpió Kenny apartando a Casey de en medio, poco tardó en aparecer Austyn forcejeando con su hermano.
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Un verano en casa de tía Agatha (En proceso).
Mystery / ThrillerCasey Middleton , una joven de 17 años y sus hermanos Austyn y Kenny de 10, se verán sumergidos en una situación que jamás hubieran podido imaginar, presenciar un asesinato.