The man who helped appease the sun
Cuando despertó, y sin necesidad de abrir los ojos, Sanji ya sabía dos cosas.
Primero, ya no estaba en la cocina; alguien lo había sacado de su santuario y lo había llevado al acuario.
Y segundo, había alguien más con él.
Una presencia familiar que su nariz reconoció antes que su haki.Pedro. El olor a tabaco, pino y lavanda era inconfundible a estas alturas.
El jaguar mink lo tenía tumbado, con la cabeza en su regazo, mientras le acariciaba el pelo con suavidad y delicadeza, enviando mil deliciosos escalofríos por toda su columna.
No abrió los ojos, pero se acurrucó un poco mejor, disfrutando de aquellas caricias torpes pero mágicas. Se veía la clara intención de intentar no arañar con sus zarpas, pero sus dedos no dudaban en zambullirse entre los mechones dorados para masajear con más profundidad.
Sanji podía notar la intensa mirada de Pedro puesta en él y en lo que hacía, pero también su sonrisa de satisfacción; sin verlo a la cara, se le notaba que quería hacer esto desde hacía mucho tiempo.
Y él le dejó hacerlo, sin abrir los ojos. Mantuvo su cuerpo relajado, respirando profundamente para acurrucarse en el aroma del mink, mientras éste se recreaba en el cocinero, encontrando nuevas formas de poner su piel de gallina con sus juguetones dedos enredados en su cabello.
—Pronto llegaremos a Wano. —La ronca voz de Pedro llenó sus oídos, pero Sanji no se inmutó. Seguramente, el maldito gato sabía que estaba despierto desde el principio— No has parado ni un segundo desde que escapamos de Whole Cake, y te dormiste en la mesa de la cocina, así que te traje para que descansaras —añadió el jaguar, acariciando más profusa y lentamente, provocando que Sanji dejase escapar un suspiro de satisfacción—. ¿Quieres que te deje ir?
—Hazlo y te tiraré dentro del acuario que tienes detrás —respondió Sanji provocando una leve risa por parte del mink que deleitó sus oídos mientras le hacía sonreír.
Él sabía que los problemas los alcanzarían pronto, pero, de mientras, disfrutaría un poco más de esos suaves dedos haciendo magia en su cabello y en su estrés.
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𝐄𝐥 𝐛𝐚𝐮𝐥 𝐝𝐞 𝐀𝐩𝐨𝐥𝐨
Fanfic❛Cuenta la leyenda que el dios Apolo, de gran belleza y atrayente labia, guardaba en su templo un baúl dorado y que, en las noches solitarias de invierno ──cuando el Sol tenía menos presencia en el cielo──, lo abría y contemplaba su interior: los re...