Quiero confiar en ti

Prólogo

No puedes confiar en nadie.

Su mente daba vueltas, incapaz de poder asimilar toda la verdad. Porshe quería pensar que todo se trataba de una maldita broma.

No puedes confiar en nadie de esa familia.

Hace tan solo unos días estaba viviendo una vida normal y feliz, hasta que fue despertado con la realidad, que le hizo cuestionarse si acaso todo lo que estaba viviendo era verdad.

No puedes confiar en nadie de la familia Theerapanyakun.

¿Cómo pudo ser tan estúpido? Había bajado la guardia en el primer momento en que entró a la familia Theerapanyakun.

Hace quince años, perdió una parte importante de su vida, y el apoyo de la familia Theerapanyakun era lo único que lo mantuvo cuerdo.

Fue un estúpido, desesperado por un poco de apoyo, creyó en todo lo que le dijeron e hizo cada cosa que le indicaron. En ese entonces, el ingenuo Porshe pensó que se preocupaban por su bienestar y el de su hermano. No pensó que se trataba de una trampa y que todo había sido causado por ellos.

Ellos... Aún no sabía si toda la familia estaba involucrada o si solo era un perverso plan hecho por los mayores.

También estaba... Kinn.

Porshe negó con la cabeza, no había forma de que Kinn estuviera involucrado. Eso quería creer su corazón, pero Kinn también era parte de esa familia.

—Porshe...

Sus pensamientos fueron rotos al escuchar que alguien lo llamaba.

Era como si lo hubiera llamado con la mente al pensar en él. Kinn había entrado a la habitación que compartían, vistiendo un elegante traje de color azul marino oscuro. Hizo juego con el traje que Porshe llevaba puesto, solo que el suyo era de un azul más claro.

—¿Estás bien?

Kinn le pregunto preocupado, tomando una de sus manos. Porshe sonrió y entrelazo sus dedos con los de él.

—Estoy bien. —Aclaró, buscando que su respuesta fuera creíble.

¿Cuánto puedo confiar en ti?

Sostuvo la mano de Kinn con más fuerza, buscando un alivio en su calidez. El mayor solo le respondió con una sonrisa más grande, aunque algo desconcertado.

—¿Sucede algo?

¿Puedo confiar en ti Kinn? Quería preguntarle, más bien... Quería exigirle una respuesta, pero estaba pisando terreno desconocido y no podía arriesgarse de esa forma. Aún tenía que conocer quién era la persona que estaba detrás, y decidió darle el beneficio de la duda a Kinn hasta saber toda la verdad.

—Nada... Tenemos que irnos ya. —Intentó desviar el tema, mostrando otra sonrisa en sus labios.

Solo unas horas más.

Esa noche, celebraban el aniversario del lujoso complejo de departamentos más famosos y costosos que la ciudad de Bangkok pudiera tener. Y del cual Kinn era el dueño principal.

El Hera Palace, cómo lo había llamado, era su proyecto más ambicioso y se había vuelto un orgullo para él.

También era su hogar. Kinn le había obsequiado a Porshe el departamento del último piso del edificio, pero pensó que se trataba de una pésima broma. No fue hasta que Kinn le mostró los papeles y escritura que tenían su nombre escrito. Porshe casi mataba a Kinn por darle un regalo tan costoso como ese, no sabía cómo lo iba a superar después.