Capitulo VI

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-!¿Pero que cojones le pasa a esa tía?! - preguntaba con molestia Camila, mientras miraba cómo Lauren le daba un sorbo largo a su cerveza.

-Camila, te lo dije, este curso será así, no es un campamento de verano, ahí trataremos de disciplinarlos - le explicó con calma.

-¿Disciplinarnos? - pregunto incrédula-. Menuda mierda, ni que fuéramos unos críos, ese programa tenía que estar dirigido a niños menores de dieciocho años, la mayoría de los que estamos ahí ya somos incorregibles.

Lauren no puedo evitar reír ante ese comentario, lo cierto era que ella también opinaba lo mismo, un programa para jóvenes mayores de dieciocho años parecía ser una pérdida de tiempo, aunque ahora que sabía que debía pasar ese tiempo mirando a la joven, le estaba empezando a gustar un poco más.

-¿Me dirás por qué tus padres te inscribieron en el programa? -le preguntó la inspectora con curiosidad.

Habían salido sólo unas cuantas veces con Camila, pero esas veces le fueron suficiente ambas para entrelazar largas y profundas conversaciones, en donde poco a poco fueron llenándose de confianza y seguridad la una a la otra, ahora hacerse esas preguntas personales era algo normal, ninguna se lo tomaba a mal.

-Ya tú lo dijiste, para disciplinarme.

Lauren la miro por unos segundos sin decir nada, todo estaba claro, pero quería escuchar la versión de la joven.

-¿Que es lo que les hace pensar que necesitas eso?

Aquella pregunta era muy directa aunque no se notara a primera vista; Camila dejó escapar un suspiro y decidió contarle la verdad, aunque temía que Lauren la mirara con otros ojos, como una niña rica mimada, como alguien que no estaba a la altura para estar cerca de ella y poder disfrutar de una conversación amena o simplemente de su compañía, tal como ahora.

-Desde muy joven he sido muy rebelde, lo admito, es solo que siento que mis padres no me dan la atención necesaria, siempre están al pendiente de sus negocios, y a mi me dejan a un lado, incluso a mi hermanita Sofía la prestan más atención que la que me prestaban a mi a su edad - le contó con notable pesar en su mirada.

Lauren se acomodó en la silla para poder prestarle mejor atención a Camila y escuchar su versión de los hechos.

-Yo crecí con niñeras, estuve en internados casi toda mi vida y cuando me tocó ir a la universidad simplemente decidí no ir -continúo.

-Debe ser bastante difícil vivir así, pero eso debe ser un motivo para salir adelante Camila, no todos tienen la suerte de contar con padres amorosos y dedicados, aunque estoy segura que a su manera ellos te aman - le dijo Lauren.

La chica Cabello se encogió de hombros sin responder nada, Lauren noto que aquel tema le hacía cambiar de humor.

-Te lo digo en serio, se que cuando tus padres no estén tú vas a heredar todo, junto a tu hermana claro, pero pasará mucho tiempo para que eso suceda, esperamos que así sea, entonces mientras ¿que harás? No puedes depender de ellos siempre, tú debes buscar tu propósito en la vida, luchar por tener algo que sea fruto de tu esfuerzo, no sabes lo satisfactorio que es.

Camila miro a Lauren sin poder decir nada, nunca había recibido tal consejo de alguien, sus padres le decían las cosas de una manera tan ruda que lo que hacía era no escucharlos, pero Lauren tenía un tacto al hablar muy dulce y que hacía que cualquiera que estuviera cerca no pudiera dejarle de prestar atención.

-Pues no se que hacer con mi vida - le confesó.

-Tranquila, en el programa tendremos clases de aptitudes, ahí vamos ayudarlos a que consigan una carrera o un oficio que les guste, veremos cuál será el tuyo - le animó con una sonrisa.

Una Bala Directo al Corazón - CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora