Como conquistar a tu Crush || KookTae ||

C - 4

– Ay JungKookie.– dijo TaeHyung acariciando su cabello, ya era la noche del siguiente día y el nombrado seguía en un pleno sueño.– Un día de estos me vas a sacar canas.– le sonrió besando sus labios superficialmente.

Mientras esperaba a la enfermera que le traería la comida se sentó en su silla estrella y encendió la televisión buscando algún programa entretenido para ver, y lo consiguió, Mentes Criminales era un programa vicioso, simepre quieres ver más y más de él.

Ya eran más o menos la dos o las tres de la madrugada y comía a gusto, ¿era muy tarde para comer? Seguramente, pero fue a esa hora que le dio hambre, así que en la obscuridad y la tenue luz de la televisión comió en paz escuchando la respiración sutil del azabache a su lado. Veía el programa con tranquilidad mientras terminaba su cena pero algo lo había puesto inquieto de repente, el azabache comenzó a removerse en su sitio. Terminó la última cucharada de su cena, apagó la televisión dejando la habitación en puro silencio y se levantó para botar el plato dándole la espalda a Jeon un par de segundos, fue al otro lado del cuarto a buscar un suéter en su bolso y aquella ronca voz lo llamó de la nada, su voz somnolienta lo hizo saltar levemente en su sitio.

– ¿TaeHyung?– el azabache sonrió en grande viéndolo voltearse.– ¡Tae!– su felicidad lo extrañó demasiado, fue como si lo no hubiese visto en días e incluso semanas.

– JungKookie.– sonrió caminando hacia él abaraznadolo y el contrario deposito un beso en su cuello.– ¿Cómo te sientes?

Cómo si hubiese preguntado la cosa más extraña del mundo JungKook aún con su sonrisa frunció el ceño con confusión.– ¿Cómo debería sentirme? Me siento muy bien.– esa mirada era muy diferente a la antes, algo había cambiado.

– ¿Que quieres decir con eso?– preguntó acariciando su mejilla.

– Me siento bien, no entiendo a qué viene la pregunta.– murmuró acariciando su cabello haciendo pequeños rulitos en su cabello castaño, dicha manía que habia perdido con el accidente.

– Tuviste un accidente JungKookie, ¿te acuerdas de eso?– ya lo suponía, no se acordaba de aquello, y lo supo por la cara de sorpresa que hizo.

– ¿Un accidente? ¿Cuando?– TaeHyung se sentó a su lado y se propuso a explicarle lo más calmado posible respondiendo a las preguntas del azabzche, tal cual como le dijo el doctor que hiciera en caso de lo que justamente estaba pasando sucediera.– ¿Tu estas bien, verdad? ¿Tu no estabas conmigo?

– Si Kookie, calma.– le sonrió acercándose un poco besando sus labios.– ¿De qué es lo último qué te acuerdas?

– Está mañana me abandonaste diciendome que tenías que ir a tu casa en vez de quedarte conmigo mimandome.– frunció sus labios con ternura.– Muy malo de tu parte bonito.

Tae abrio sus ojos en grande sonriendo emocionado por su respuesta.

– ¿Me recuerdas?– JungKook estaba más perdido que aguja en un pajar definitivamente.

– ¿Cómo no recordar al amor de mi vida?– se sentó lo mejor que pudo en aquella tiesa "cama" entre muchas comillas y atrajo el cuerpo más pequeño al suyo para besarlo.– Además, ya me di cuenta de tu hermoso cambio, definitivamente no hay color que no te quede perfecto.– dijo refiriéndose a su cabello haciéndole recordar a TaeHyung el como le había dicho al menor que se iba a cambiar la tonalidad de su cabello y que sería una sorpresa para él, ese simple recuerdo hizo que sus mejillas comenzaran a calentarse rápidamente dejándolo con un bello sonrojo coqueto en su rostro.

– Dejame llamar al doctor para decirle esto, ya vengo.– se levantó con cuidado y antes de irse besó su mejilla, y así lo dejo, solo, solin, solito y abandonado en aquella habitación, bueno, exageraba un poco ante su drama pero de inmediato al ver el cuarto supo que estaba en un hospital, como Tae le había dicho él ya había despertado anteriormente y había pasado su tiempo de recuperación pero, ¿entonces porque antes no recordó nada y ahora sí? ... Pero, solo recordaba a Tae, ¿quienes eran el resto de las personas que aparecían en sus recuerdos?

– ¿Tae?– lo llamó en un sutil susurro con un pequeño puchero, no se sentía muy cómodo estando solo en ese sitio.– ¿Bebé?– alzó un poco más la voz pero el resultado fue el mismo. Aquel sentimiento de incertidumbre que tenía le daba muy mala espina.