Este cuerpo no es mío.

Capítulo 3. Avergonzada.

Al día siguiente siento como una pierna esta encima de mi estómago, y me doy cuenta de que me he quedado dormida junto con Nicole, la empiezo a mover para poder despertala.

—Aún no, todavía es muy temprano— reprocha molesta.

—Esta bien... Iré a darme una ducha, cuando termine quiero que ya estés desayunando— le advierto y trato de quitar su pierna que esta encima de mi aunque es un intento inútil.

—¿Puedes quitar tu pierna que no me permite pararme?— Le pregunto.

Ella solo suspira y se gira para quitarla, pero cae al piso.

—No te preocupes estoy bien— menciona desde donde se encuentra.

—No lo hago— confienso y me levando para ir al baño— Por cierto he comprado donas, por si quieres una... No te comas todas—le espeto entre cerrando los ojos.

Supongo que era mejor idea no decirle.

Cuando término de ducharme me visto y revisó a ver si Nicole sigue tirada en el piso y no, no está.

Bajo al comedor rápidamente y veo que ahí está, llena su boca de donas.

—Te he dicho que me guardaras— inquiero molesta.

—Te guarde— replica — pero creo que tus hermanos se han comido las que te deje— dice con algo de culpa.

—¿Es encerio? ¿Y no les dijiste nada?— me quejo ante lo que esta pasando.

Se me olvido mencionar que tengo 2 hermanos, una hermana de 8 años que se llama Lesslie, y mi hermano de 10 años que se llama James, la mayor parte del tiempo se quedan en casa de nuestra tía, ya que hay veces que nadie se encuentra en la casa y los cuide.

—No es mi culpa, son muy buenos chantajeando, hasta a veces creo que son mas astutos que tú— señala riéndose.

—No puedo creer que unos niños menores que tú te logren chantajear, y por cierto "gracias" — acoto sarcasticamente.

—Ay ya no es para tanto, oye ¿iremos hoy de compras?— dice cambiando de tema.

—No lo se... tengo que cuidar de mis hermanos, o al menos que quieras que los llevemos— menciono bromeando.

—Claro, no hay ningún problema— dice sonriente.

—¿Es broma no?— le pregunto.

—Claro que no, sera divertido— responde animosamente.

No, no sabia lo difícil que seria cuidar de ellos y que no se perdiendo a cada rato.

—Bueno yo digo que no y no, será otro día—

—Por favor— ruega.

—No y es mi última palabra— digo segura.
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—Gracias eres la mejor ¿Lo sabes no?— confiesa Nicole.

No entiendo como me pudieron convencer.

—Si, si como digas— inquiero molesta mientras conduzco al centro comercial.

—Sera divertido Mia, trataremos de portarnos bien— añade James— pero recuerda primero pasaremos a comer a McDonalds—

Cuando llegamos al centro comercial, estaciono mi auto y nos bajamos. Lesslie y James comienzan a correr pero los detengo antes que desaparezcan de mi vista.

—¿No se pueden ni esperar ni un momento?—

—Claro que no, así que apurate morimos de hambre— responde Lesslie dirigiéndose a la entrada.

Ordenamos nuestra comida y esperamos un rato a que nos la  dieran, luego buscamos una mesa que estuviera vacía, y nos  sentamos para poder comer a gusto.

—Oye Mia ¿Podemos subirnos a los juegos?— pregunta Lesslie.

—Esta bien— digo dudando —Pero solo un rato porque tenemos que pasar a otras tiendas—

James y Lesslie se van rápidamente a los juegos, en lo que Nicole y yo charlamos, luego de un rato decido llamarlos para irnos.

—Ya vámonos— grito.

—¡Ven a buscarnos!— exclama James en los juegos.

¿Es encerio?

—No lo haré, bajen ahora mismo— les ordeno.

—Nooo— dicen mis dos hermanos al unísono.

—Vamos Mia, perderemos tiempo, así que apurate— se queja Nicole.

—Oye fue tu idea traerlos— le reprocho— pero bueno uno tiene que ser su trabajo como hermana—

Uff esos parásitos me las van a pagar. Me dirijo hacia los juegos y trato de subir en ellos, aunque cada vez que quiero voltear hacia un lado lo único que consigo es pegarme.

—Mia ven, estamos en el tobogán— oigo a lo lejos a James, comienzo a gatear para llegar a donde se encuentran que es en la entrada de un tobogan.

—Bien ya que estas aquí hay que irnos en trenecito ¿sí? Y te prometemos que ya nos comportaremos— ruega James, a lo que yo asiento, ¿Qué podría salir mal?

Que vergüenza. Aunque ya no importa, la dignidad la perdí hace mucho.

Nos acomodamos, primero Lesslie despues James y al final yo. Cuando estábamos casi llegando al final del tobogán nos quedamos atorados.

—Mia te dije que estabas engordando— me recuerda Lesslie con una risita, y yo la miro indignada.

—No no no, en primera no estoy engordando y en segunda es porque estos juegos no son para mi, son para menores de 12 años, y yo ya tengo 17, casi 18— reitero molesta.

—¿Necesitan ayuda?— pregunta Nicole.

—Creo que si— le respondo.

—Nos atoramos por culpa de Mia—asegura James, y solo escucho una risa de parte de Nicole— Por favor, nunca te vuelvas a subir a estos juegos —

—Fue culpa suya, ustedes me dijeron— les recuerdo.

—Perdón, no estuvimos consiente de esto— espeta James entre risas.

—¡Esperen los ayudaré!— exclama Nicole.

Primero ayuda a Lesslie a salir de aquel tobogán, después a James y bueno yo, esa es otra historia.

—Mia creo ya estas saliendo— dice jalandome de los pies con ayuda de mis hermanos.

Cuando por fin logro salir de ése tobogán, caigo encima de Nicole.

—Gracias— murmuro tratandome de parar.

—Clar..— alguien nos interrumpe.

—Si sabes que no puedes subirte a estos juegos, son para niños menores de 12 años — explica alguien a mis espaldas.
Es mejor no voltear a ver.

Le hago un cara a Nicole de que es momento de correr.

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Foto de Mía en multimedia.