14. Luna de octubre

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Como quería Jungkook que seokjin lo acompañara, si aún no lo había desbloqueado de nada. Pero ahí estaba seokjin 5:50 a.m. afuera de su edificio esperando que el coche de Jungkook apareciera por la carretera, con una bolsa con el desayuno preparado por él mismo, pensó que sería un buen gesto para Jungkook.

Apenas se percibían algunos rayos del sol, la mañana seguía siendo obscura, lo único que podía percibir eran los faroles de los autos andando. No sabía que tan puntual era jungkook, aún había muchas cosas que saber de él, pero aun así no podía quitar esa idea de que lo dejaría plantado, quizás como venganza por lo que le hizo la vez pasada, aunque tampoco sabía que tan cruel podría llegar a ser jungkook.

Solo estaba siendo paranoico.

Un auto se paró justo enfrente de él, supo que era jungkook cuando lo pudo ver a través de la ventana. Abrió la puerta del copiloto y se dejó caer en el asiento, el cual era el único disponible, los demás estaban ocupado por el material de trabajo de jungkook.

—Hola —saludo — traje el desayuno —levanto la bolsa que trajo consigo para que jungkook la pudiera ver.

—Gracias, no te hubieras molestado —le sonrió jungkook — ¿Qué tal la resaca? —le pregunta, poniéndose en marcha hacia su destino.

—He estado peor —bromea seokjin.

Definitivamente jungkook parece más relajado y vuelve a ser el chico que había conocido, sonriente, bromista y un poco altanero con seokjin, pero aun así eso le gustaba y se da cuenta lo mucho que había extrañado las conversaciones con él.

Se las arregla para darle el desayuno a jungkook, mientras maneja, entre risas por lo difícil que resulta ser, sin evitar manchar un poco su boca, seokjin le pasa la servilleta limpiando alrededor de los labios de jungkook. Sabía que miraba más de la cuenta sus labios, recuerdos de cómo se sentía besarlo venían a su mente sin remedio, trataba de disimularlo, pero sabía que estaba siendo demasiado evidente, pero jungkook no decía nada al respecto, quizás evitándolo o solo estaba muy concentrado en la carretera.

Llegaron al lugar del evento, el cual era un gran salón rodeado de grandes árboles y enfrente un pequeño lago. Un lugar demasiado romántico, para una boda.

Bajaron todo el material necesario para comenzar con la sesión de fotos para los novios y sus familiares. Jungkook tenía razón, necesitaba un asistente, los novios pidieron tomarse fotos en varias zonas del salón de eventos y tenía que trasladar su cámara y tripees constantemente, si seokjin no hubiera estado ahí, hubiera tardado más tiempo arreglando su material.

Siguió tomando fotografías espontaneas durante la boda, pero ahora solo equipado por su cámara. Mientras jungkook andaba revoloteando de un lugar a otro seokjin se quedó sentado siguiéndolo con la mirada, con solo una copa entre sus manos, tratando de que esta durara lo suficiente, no quería emborracharse, solo disfrutar el momento.

Avanzada la tarde jungkook decidió que era suficiente de seguir con la cámara, la guardo en su estuche y se acercó, tomando asiento al lado de seokjin, que para este momento pensó que estaría demasiado aburrido, pero al encontrarlo parecía distraído viendo a las personas disfrutando de la fiesta.

—¿Te estas divirtiendo? —le preguntó a seokjin, que le dedico una sonrisa, sus gruesos labios parecían un poco más rojos, quizás el vino tinto había teñido ligeramente sus labios o solo era el resultado de que seokjin se estaba mordiendo los labios como signo de nerviosismo.

—Un poco... ¿has terminado? — dejo a un lado su copa para centrarse en jungkook.

—Al parecer si, todos los momentos especiales han sido capturados —señalo su cámara —¿Quieres irte o estar en la fiesta?

El novio de mi exDonde viven las historias. Descúbrelo ahora