Capitulo 1: Rescate

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Eran apenas las 8 P.M. de un atareado y molesto lunes en la vida de una chica cualquiera de unos 19 años que paseaba tranquilamente por las calles de Paraná, Entre Ríos. Una bella provincia que se encuentra en Argentina. 

 Cuando de repente, comienza a notar como un grupo de tres hombres la comienza a seguir sin tratar de disimularlo. Rápidamente las calles se vuelven mas oscuras y vacías, los maleantes estaban poco a poco mas cerca. La chica cada vez sentía sus pulsaciones mas rápidas, como si el corazón se le fuese a salir por la boca, a la vez que apuraba el paso, aun así tenia muy claro que probablemente no llegue a su casa con todas sus pertenencias, aun que su mayor preocupación era salir con vida.

 Al doblar en una esquina notó una larga calle, vacía completamente, ni siquiera un auto se veía en la lejanía. Al notar esto, se dio cuenta que no podría recurrir a nadie por ayuda y se echó a correr lo mas rápido que sus piernas dieron, corrió así varias cuadras, con tanta presión en los pies que incluso sus zapatillas se comenzaron a rajar y manchar al pisar todo tipo de charcos de barro, piedras y mas cosas.

 De nada sirvió correr tan desesperadamente, ya que los ladrones fueron mas rapidos que ella y la pudieron alcanzar, uno de ellos puso su pie delante de ella, haciendo que pierda el equilibrio y caiga dolorosamente revolcada en la calle.

— ¡Por favor agarren mi bolso y déjenme! ¡Por favor! — Suplicó a los gritos.

 Los tipos se le rieron en la cara y el mas alto de los tres dijo — Te hubiéramos robado y nos hubiéramos ido si nos la hubieras hecho fácil, putita. Ahora cagaste, nos hiciste correr. Te vamos a arruinar la vida hija de puta. — 

 La chica solo atinó a patalear llorando, esperando lograr algo con eso, pero solo pudo recibir una patada en el estomagó que la dejó retorciéndose.

 Los tres ladrones se reían mientras la escupían y uno de ellos le agarró la parte baja de los pantalones, para así empezar a tirar tratando de desnudarla.

 La chica pataleó una vez mas con todas sus fuerzas, dándole en la nariz al que le agarraba el pantalón, logrando así romperle la misma.

— ¡Hija de puta! Ahora cagaste. — Dijo y sacó una navaja del bolsillo. — Ustedes dos córranse, déjenme esta a mi. —

 Ambos se alejaron de la chica para quedar detrás de el. El tipo sonrió de forma pervertida a la par que perturbadora y malvada. Pero, de repente un vehículo que no notaron llegó con las luces apagadas y pasó por encima a sus dos compañeros, rompiéndole así las piernas y dejándolos tirados mas adelante. El ladrón se giró sorprendido, a punto de empezar a insultar al conductor, lo vio bajar.

 Un hombre de unos 30 años bajó del vehículo, usando una remera apretada de la selección argentina, sus grandes músculos se podían notar a través de ella. Un jean vaquero clásico y unas zapatillas Adidas blancas con alguna mancha roja. Se acercó lentamente al ladrón.

— Aléjate puto de mierda porque vas a cobrar compa, te voy a volar de un tiro. — Balbuceó el ladrón.

 Cuando el hombre gira para estar cara a cara con el ladrón, se deja ver un tubo de hierro puro que llevaba en la mano derecha, algo machucado y con manchas rojas.

 El ladrón gritó — ¡Tómatela de acá! Compartimos las cosas de la loca esta y nos dejas tranquilos. — Al hombre se le escapó una risa y rápidamente le pegó con el tubo en la mandíbula, descalzándole la misma. El ladrón se tambaleó pero antes de poder hacer nada recibió nuevamente un tubaso en la rodilla izquierda, cayendo al suelo con un grito desgarrador. En el suelo comenzó a golpearlo repetidamente con el tubo que cada vez quedaba mas ensangrentado, hasta que se cansó y lo tiró. Pero no le puso fin al asunto, se puso encima de el y comenzó a golpearlo en la cara con sus puños, la sangre no paraba de brotar por todos los agujeros del ladrón. El hombre se levantó y colocando su pie sobre la boca del estomago del ladrón, lo levanta para bajarlo con toda la fuerza posible, logrando así que de un ultimo grito, el ladrón escupa sangre y muera lentamente. 

 Se giró a su izquierda y se acercó a los otros dos adoloridos ladrones con los ojos mas abiertos que nunca y respirando agitadamente. Se paró frente a ellos y tomó a ambos de su cintura, haciendo una fuerza bruta logró quitarles los pantalones con ropa interior incluida. A todo esto, la chica que ya se había repuesto, estaba de pie observando con frivolidad el asunto e incluso atinó a escupir al ladrón que estaba muriendo lentamente entre casi mudos pedidos de auxilio

 El hombre del vehículo, juntó del suelo dos palos de madera algo robustos. Y sin previo aviso se los clava en el trasero a los dos ladrones que gritaron como nunca lo habían hecho en su vida y comenzaron a desangrarse lentamente.

 Dio un largo suspiro, parpadeó lentamente y se dio la vuelta, — ¿Estas bien? ¿Queres que te lleve a tu casa? — Preguntó a la chica que aun se estaba reponiendo.

 La misma asintió tímidamente y con confusión en su rostro preguntó — ¿Quién sos? —

Sonrió

 — Yo soy, El Anti-Chorros... —

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⏰ Última actualización: Sep 01, 2022 ⏰

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