Capítulo 16- Aaron

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[...]


Senila me terminaba de arreglar mientras me daba conversación.

─ Deberías haber visto a Hazel ─ suspiró ─, estaba verdaderamente preciosa con el vestido.

Hazel vestida de boda era algo que no podía imaginar en mi cabeza. Veía su cara, solo, el resto, estaba cubierto de píxeles blancos.

─ ¿Puedo ver el vestido?

─ No deberías ─ Senila se detuvo, con la cinta métrica entre sus manos ─. No se debería enseñar.

─ Por favor, haz una excepción conmigo ─ bromeé. Me conocía desde pequeño, había confianza entre nosotros. De hecho, ella fue la que habló con la madre de mi amigo, cuando me llevó de la oreja, y se lo ocultó a mis padres hasta la fecha ─. ¿Por favor?

─ Está bien, ahora vuelvo.

Eso me sorprendió. Salió del vestidor y tras diez minutos lo trajo puesto en un maniquí.
Era un vestido precioso, con vuelos y detalles dorados que resaltaban sobre el color blanco impoluto de la tela. Tenía detalles en la parte del escote que frenaban unos centímetros más abajo de la parte de las rodillas, en las mangas ligeros detalles también. Era el vestido más bonito que había visto en mi vida. Y me imaginaba a Hazel en él, cosa que no quería. Yo no quería casarme y era obvio que ella tampoco quería, teníamos que hacerlo por obligación, pero nosotros, un par de jóvenes con toda su vida por delante, no querían. Pero lamentablemente, no podíamos hacer nada al respecto.

─ Es... ─no tenía palabras. ¿Bonito? ¿Extraño? ¿Extravagante? ─. Es...

─ Precioso, ¿verdad? ─ Dijo por mí.

─ Sí, eso es ─ me limité a responder.

─ Debo guardarlo antes de que se enteren de que lo has visto ─ cogió el maniquí con el vestido ─. No se lo digas a nadie, es un secreto, eh ─ soltó una carcajada después y yo hice lo mismo ─. Ahora vuelvo.

Se fue por unos cinco minutos y volvió con una caja de costuras.

Estuvimos como unas dos horas con mi traje. La peor tortura. ¿A quién le gusta estar dentro de un traje y teniendo el máximo cuidado para no pincharse con los alfileres que tienes puestos gracias a tu diseñadora? Creo que a nadie.

Definitivamente, a nadie.

─ ¿Queda mucho?

─ No, solo 20 minutos más.

«Solo»

Protesté al pincharme con un alfiler en el brazo.

─ ¿Y qué tal con Hazel?

─ Pues, a ratos. El otro día la llevé al bosque.

─ ¿El mismo bosque donde tuve que ir a por ti a escondidas para que tus padres no te pillasen?

─ El mismo.

Rió un poco.

─ Espero que duréis mucho, Hazel es buena chica ─ dijo, mientras cogía algo más de la caja llena de utensilios de costura.

─ Sí...

─ Debes dejar a Lynn atrás, Aaron ─ me tocó el hombro con la mano que tenía libre de utensilios ─. Debes pasar página.

─ Trato de hacerlo. ─ Admití en voz baja.

─ Bueno ─ Senila suspiró. Supuse que no quería entrar en el tema ─. Tu traje estará listo en un par de días como mucho.

─ Está bien.

─ Te dejo solo, quítatelo y lo dejas en el maniquí. Ahora vendrá Myriam a por él.

─ Entendido.

Hice lo que me pidió cuando se marchó por la puerta.

♕♕♕

Por fin se había acabado el día, eran las diez de la noche cuando me metí en mi cama después de haber pasado al cuarto de Hazel a decirle unas cuantas cosas para el día siguiente.

¿Promesa? [✔️ COMPLETADA] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora