Amantes de las novelas ligeras

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Ser niñero fue una idea que le sugirio su madre para ganar algo de dinero extra. Aunque le parecia una idea poco masculina-un mal prejuicio por parte suya-, tampoco lo veia necesario.

Hasta que por influencia de un compañero de clase, una novela ligera llego a sus manos, y otra, y otra. Las novelas ligeras eran bastante economicas para la facil obtencion de los jovenes y niños,-a quienes estaba dirigida normalmente-, pero se habia vuelto una rutina y un deleite transformado en obsession que aun con su bajo precio, el dinero no le bastaba para terminar de obtener los volumenes que deseaba para continuar, y no podia evitar un impulso que le hacia comprar algun primer volumen de alguna novela que llamara su atencion.

Era un Hobbie que termino convirtiendose en un agujero en sus bolsillos.

Por esta razonable causa, estaba frente aun niño de cabellos negros, y ojos como el oceano, cuyo nombre era Hibiki. Lucia timido y parecia bastante callado.

Sus indicaciones erans simples, baño, cena y a la cama. En realidad, "No le daria problemas", dijo su madre, vino recomendado por ella. La madre del niño era amiga de su madre de algun lado.

Hm... Clases de cocina, aerobics... Bueno...

-"Tch"-chasqueo la lengua sin poder recordar. No importaba de todos modos.

Se estiro mientras caminaba a la cocina para hacer la cena.

La cena tambien fue en silencio. Asi como el resto de la noche.

No era como si quisiera trabajar demas o quisiera tratar con un niño malcriado. Pero el comportamiento de ese niño era un poco inusual para Daichi, ¿Quizas era un niño maltratado?, no, no parecia. Su comportamiento no indicaba tal especulacion.

Quizas solo era introvertido, aunque se le daba bien tratar con los niños, y estos le cojian confianza rapidamente. No parecia ser el caso con Hibiki.

Era la tercera vez que venia a cuidar de ese niño tan tranquilo, cosa que se le seguia haciendo algo fuera de lo comun.

Como sabia que Hibiki no le daria nada que hacer, se dio la libertad de llevar consigo una de sus novelas ligeras para pasar el rato.

Se sumergio tanto en su trama y hambriento de ansias por saber el avance del protagonista, que cuando, por instinto desvio la mirada para relajar la misma, se dio el susto de su vida, al tener un par de ojos azules viendolo fijamente.

-"¿Que te pasa? ¡casi me matas! ¿Por que no haces ruido o algo?"-espeto mientras trataba de recobrarse del mini-infarto que creia habia tenido.

-"No es mi culpa"-le replico el niño-"te hable varias veces pero no me prestas atencion. Creia que estabas muerto o algo"-bajo esa timides y silencio, era un niño agudo.

-"Whooo, me impresiona que no te den miedo los muertos. Mi cara siempre como muerta. Que valiente"-solo esa broma sin vacilar. El niño rio y una sonrisa brillante se hizo presente en su rostro siempre monotono.

Y, Daichi sintio un escalofrio por su cuerpo. No penso que fuera importante.

Vio la hora en su movil. Era hora de la cena. Ahora entendia porque el menudo niño casi lo mata de un susto. Se perdio durante mucho en su lectura, era un nuevo habito suyo.

Cuando estuvo lista la cena llamo a Hibiki. Veia que lucia inquieto a diferencia de otros dias que comia en silencio y solo respondia "si" o "no", o cualquier otro monosilabo a algun intento suyo de aligerar el ambiente y hacerse su amigo.

Lo miro por el rabiño del ojo esperando.

Entonces decidio dar el primer paso.

-"Lo siento. Me sumergi en mi lectura y paso la hora de la cena, a este paso te dormiras mas a alla de tu hora de siempre. No le digas a tu mama, ¿si?"-el niño nego con la cabeza y le tendio una sonrisa complice.