PROLOGO

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Un injerto por aquí y unas suturas por allá. Rompemos estos huesos, solo un poco, y luego los rellenamos.

Reestructurar su cuerpo fue como modelar arcilla, en realidad un poco más complicado que eso. Evitar que toda su sangre se derramará había sido un verdadero problema, pero jamás negaré que fue realmente divertido.

Él merecía muchas cosas mejores, debía ser libre y feliz, correr y vivir cada una de las cosas que un adolescente debe experimentar. Y encontré la forma, de corregir sus fallas, no iba a permitir que sufriera y que pasara su hermosa existencia sobre un mueble con ruedas.

Es obvio que no nací siendo madre, tampoco tuve un gran ejemplo, pero lo descubrí conforme pasaban los días, y aprendí que ser una buena mamá es un acto de amor sublime, y egoísta, porque ya no sentía amor por mi, todos los sentimientos que fui capaz de propiciar, eran solo, suyos.

El color rojizo en mi piel, es solo decorativo, no pretendía que él me viera diferente.

El Jardín de los sapos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora