Capitulo VII

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La inspectora sentía un terrible dolor en el cuerpo y una imposibilidad para abrir los ojos, respiro profundo y sintió una cálida mano tomando la suya, esa sensación hizo que su corazón latiera con fuerza, no entendía porque, pero aquello le dio la fuerza necesaria para poder abrir los ojos y encontrarse con unos hermosos ojos café que la miraban con pena y preocupación.

-Camila, ¿que haces aquí? - le preguntó con dificultad.

-Tenias una semana sin ir al programa y no contestabas ni mis mensajes ni mis llamadas, así que le pregunté a uno de tus compañeros y me contó lo que había pasado.

-Gracias por venir - le dijo, intentando sentarse en la cama, pero el dolor no la dejaba.

Camila noto el esfuerzo y sufrimiento de la mujer por lo que se levantó y apretó el botón que inclinaba la cama y así Lauren pudiera estar más cómoda.

-Muchas gracias, ¿cuánto tiempo tengo inconsciente?

-Semana y media, tu amiga Dinah que siempre está aquí me contó lo qué pasó, gracias a Dios estás bien, me asuste mucho - le dijo, mirándola con preocupación y colocando su mano en el brazo de Lauren.

La inspectora no entendía de donde provenía esa sensación, sus manos eran cálidas y hacían que una electricidad corriera por su piel.

-Joder - susurró Lauren, moviendo a un lado su brazo, para así dejar de sentir esa sensación.

Camila noto aquello y se extraño, la verdad era que Lauren tenía una idea en su cabeza que aquello que estaba sintiendo por esa chica era en vano, la diferencia de edades y de niveles económicos era para ella, un impedimento muy fuerte.

-Te vas a poner bien Lo - le animó con una sonrisa.

En ese momento la puerta se abrió y por ella hicieron aparición los padres y hermanos de Lauren.

-¡Dios mío mi amor! -gritó la mujer de ojos verdes y cabello marrón.

Aquella era Clara Jáuregui, la madre de Lauren, quien automáticamente fue a parar hasta el pecho de su hija, en donde derramó gruesas lágrimas de preocupación y dolor, del otro lado de la cama se posó el señor Mike Jáuregui, un hombre de gordos cachetes y ojos achinados, el simplemente colocó su mano en el hombro de su hija y le posó un beso en la frente, al pie de la cama se encontraban dos chicos que miraban la escena con preocupación, Chris y Taylor, los hermanos menores de la inspectora.

-¡Eres una cabezotas! - le regañó la mujer.

Camila se apartó un poco, dándole espacio a la familia, Lauren sin embargo no podía dejar de mirarla, aquello hizo que Camila sintiera cosquillas en su interior.

Clara, quien no se había percatado de la presencia de la joven, giro su rostro hacia ella y limpiándose las lágrimas le saludó.

-Cariño, disculpa, un placer conocerte soy la madre de Lauren, tu debes ser su novia - le dijo, acercándose a ella posándole dos besos en la mejilla.

Lauren colocó se colocó las manos en el rostro con vergüenza, pensando que a su madre nada le costaba preguntar qué parentesco tenían ella y la joven, antes de hacer una deducción para nada acertada, Taylor y Chris la miraron con gracia, notando automáticamente que su madre había metido la pata como siempre.

-¿De donde sacas que son novias?, debes tener más tacto mujer - dijo Mike.

-Un gusto conocerla, soy Camila- le dijo Camila, con sus mejillas sonrojadas.

-Camila es mi amiga, mamá- gruñó Lauren.

-Ah vale, pues, un placer Camila.

-Bueno, yo me retiro, espero sigas mejorando Lauren - le dijo a la inspectora, quien sintió una tristeza en su interior, le gustaba tanto tener a esa chica cerca.

Una Bala Directo al Corazón - CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora