JUGUETES

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Dick, Jason, Tim y Damian, siempre reciben diversos regalos costosos por parte de su padre, pero...de que sirve un piano si ni siquiera sabes tocarlo? O un curso sobre negocios cuando lo único que quieres es jugar?
Eso es lo que pensaba Barry acerca de los raros y diversos regalos que recibían los peques por parte de su padre.

-¿Qué es esto?-

-Es un aburrido reloj ¿no lo ves?-
Respondió Damian en un tono un tanto decepcionado.

-El reloj si lo veo, lo aburrido no-
Barry comenzó a reír, le daba ternura ver a el pequeño Dami semi molesto.

-Claro que es aburrido-
Respondió Dick evitando como buen hermano mayor que Damian dijera algo inapropiado.

-Siiiii muuuy aburiiido-
Reclamo Tim haciendo tercera a sus hermanos.

-Si Barry..¿Cómo nos vamos a divertir con un reloj de oro?-
Jason movía los pies de un lado a otro mientras buscaba algo con que jugar, o con que podrían siquiera intentarlo.

-Uuuuu-
Mencionó Barry como cuando miles de ideas llegan de pronto a tú cabeza.
-Más bien la pregunta seria: ¿¡Qué no se puede hacer con este reloj!?-

-Tienes razón!! Podemos jugar a que fue robado y nosotros detenemos al ladrón!-
Exclamó Dick algo entusiasmado.

-Eso es aburrido Dick! Para que haces eso si ya lo haces en la vida real?!-
Damian tenía razón...en parte.
-Porque no lo usamos para jugar a que somos delincuentes y ese reloj es lo que nos identifica?-

-Esa idea suena increíble!!!-
Comentó Jason.

-Yo estaba de acuerdo con Dick-
Tim habló en voz baja.

-Tengo una idea mejor, ¿¡¡¡Por qué no lo vendemos y así compramos muchos juguetes!!!?-
Barry, era Barry.

-Siiiii!!-
Comentaron todos los pequeños al mismo tiempo.
-Suena super!!-

Y así fue como vendieron un reloj de oro y con eso compraron muchísimos juguetes, dulces e incluso se tomaron la libertad de divertirse en la calle un buen rato.

Lo primero que hicieron al llegar a casa fue probar todos y cada uno de los nuevos juguetes.

Después de muchos juegos y diversión se hizo de noche, por lo que el dueño de la casa no tardaría en llegar.

Bruce entró a la casa como de costumbre, cansado por tanto trabajo, pero esta vez podía escuchar demasiadas risas y carcajadas provenientes del patio.
Así que se acercó a ver que era lo que sucedía mientras Alfred preparaba la cena.

Cuando llegó al jardín era un completo desastre, había juguetes tirados de un lugar a otro, hoyos en la tierra, un trampolín que sepa dios como llego allí, he incluso antes de que observará más recibió un disparo de agua con pintura en su camisa blanca.

-Pa-Papá!!!?-
Damian estaba preocupado, definitivamente eso no lo vio venir.

-PAPÁ!!!?-
Los demás estaban sorprendidos y a la vez no podían contener la risa por lo que acababa de suceder...

¡BARRY HABÍA MANCHADO A BRUCE WAYNE!
¡Y EN SU CAMISA FAVORITA!

-Ammm..lo siento Bruce, no pensé que..-
El velocista estaba nervioso demasiado nervioso, tanto como para ser capaz de terminar esa oración. Una palabra en falso y era su fin.

-Así que esto es lo que haces en MI casa, con MIS hijos, cuando me voy a trabajar?-
Su tono era tranquilo, pero eso en Bruce significa peligro.

-Yo..lo siento mucho, los chicos no tenían juguetes y ni siquiera sabían jugar a Doña Blanca o a las estatuas de marfil, así que..yo...quise jugar con ellos un rato. Se veían algo tristes-

Bruce no mencionó nada, solo tomo una pistola de agua con pintura y empapó a Barry Allen de cabeza a pies.

-Ahora estamos a mano-
Soltó la pistola en el piso y se dio la vuelta para entrar nuevamente a la mansión.

-JAJAJAJAJAJSJSJS-
Los niños soltaban carcajadas a morir, el color café caca no le favorecía para nada al velocista.

-Chicos...-

-No te molestes por favor Barry, así es papá-
Dick trataba de justificar a su padre.

-Si tienes razón-
Mencionó tratando de quitar el exceso de agua con las manos.
-Asi es su padre...-
Se dio la vuelta para retirarse un poco molesto y avergonzado por la situación.

-No te quedas a cenar?-
Tim pregunto algo triste y decepcionado.

-Será a la próxima nenes vale?-

-Siiii-
Mencionaron todos los pequeños con una tristeza infinita, como cuando los regañan.

-Gracias por jugar-
Comentó Jason antes de que el velocista tomara vuelo.

-No, de nada niños pero a la próxima, díganme el horario de su padre, él no esta invitado ya que al parecer no sabe jugar-
El velocista escarlata después de eso desapareció del lugar sin darse cuenta que el millonario estaba observando y escuchando todo desde la ventana de su habitación.

Bruce por su parte no pudo evitar sonreír.
-Quién dijo pequeño velocista que necesito tu autorización para jugar...-
Una sonrisa pícara apareció en el rostro de Bruce...pobre velocista, no sabe lo que le espera....

FIN

PARECES MI MAMÁ, ¿NO TE GUSTARÍA SERLO?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora