Capítulo cincuenta y seis.

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Dos personas besándose.

Una cabaña.

Boston.

Un arma.

Cabello negro.

La voz de Jessica.

—¡Sam!

Unas ruedas chillar.

Ahogando un grito, abro los ojos como platos y mi cuerpo se impulsa hacía delante de manera automática. Busco aire, mis pulmones me comprimen a tal punto que duelen.

Respiro entrecortadamente. ¿Que sucedió...? Parpadeo, confundida, acostumbrando a mis ojos a la poca luz que hay. Junto las cejas y mi cabeza comienza a palpitar dolorosamente, causando punzadas. Frunzo los labios. Todo a mi alrededor gira y tengo que sostenerme con fuerza a lo que sea que tenga a los costados. Creo que es una manta.

Estoy en una cama.

Siento mi cuerpo temblar casi por inercia, mientras intento recomponerme. ¿Porqué me cuesta tanto orientarme?¿Porqué siento mi cuerpo como si lo hubiera arrollado un camión? Me encuentro pesada. Mis extremidades están como gelatinas.

Hasta me cuesta poder respirar hondo.

Yo no...

Intento tener abierto los parpados lo más que puedo, veo destellos blancos alrededor y mis gemelos comienzan a acalambrarse. Otra punzada más de dolor que me recorre por completo, haciendo que suelte un quejido. Mi garganta está seca. Paso la lengua por los labios, están resecos. Me arden. Están cortados.

Quiero levantarme, pero al apenas moverme, todo en mi estalla en diferentes estrellas. Estoy consumida en dolor y lo único que recuerdo es que un auto... ¿Un auto me chocó? Si, un auto fue. Recuerdo haberme tapado con las manos, queriendo inútilmente, protegerme.

Después de eso, ya todo se me hace una laguna.

Respiro hondo y puedo sentir como, poco a poco, parece que mi organismo va cediendo. Mi sangre vuelve a hacer su recorrido. Me vuelve el aire. Pero aún así, me siento mareada. Todo me da vueltas, así que no pudiendo contenerme, apoyo la espalda nuevamente en el colchón.

Cierro los ojos y comienzo a notarme débil.

¿Que demonios sucedió?

Giro la cabeza hacía la izquierda y me encuentro con que no hay nadie. Lo mismo sucede del lado derecho. Estoy sola en lo que se supone que es... ¿Una qué?¿Una habitación? Presto más atención, o en eso me esfuerzo, pero con la poca luz que hay aquí apenas puedo enfocar la vista.

Otros recuerdos me vuelven a la cabeza, haciendo que está me duela aún más. Pero estos no se detienen, van cayendo segundo a segundo, como unos malditos rayos rasgando la tierra. Me la sostengo con ambas manos e inspiro hondo, calmando las pulsaciones moledoras.

Me siento como la mierda.

Necesito agua o voy a terminar por deshidratarme.

Así que, obligándome, comienzo a quitar las mantas de encima. Busco a tientas algún interruptor que encuentro cerca y al apretar, la estancia donde estoy se ilumina por completo, haciendo que tenga que cubrirme la vista con una mano y amortiguar la luz que recae sobre mi, que es demasiado. Todavía no sé cuanto tiempo es que estuve dormida.

Seguramente un par de horas. No recuerdo mucho más del choque, pero sé que no fue algo grave. No me he lastimado ningún musculo, todo está más que sano, así que debo de haber dormido bastantes horas. Max aparecerá en cualquier momento, estoy segura...

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