ϲαρίτυℓο 47 千丨几

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La hora había llegado, y la ansiedad recorría sus venas, sus bellos se erizaban de solo imaginar lo que se aproximaba. 
La música del lugar era considerablemente alta y las personas bailaban metidas en sus mundos de fantasías.

Sonrió al distinguir el primer disparo de la noche como la primera campanada de la iglesia. Los latidos de su corazón fueron en ascenso al percibir luego más disparos en el lugar.
La guerra había comenzado.

A pasos rápidos volvió a aquella habitación, que en algún momento pasado de su vida había sido suya y levantando la loza nuevamente del suelo sacó las armas que allí se hallaban guardadas.
Equipando se cuerpo, después se dirigió al lateral izquierdo, en el cual Jungkook ya lo esperaba.
Sonriendo lo abrazó con fuerza y besando sus labios sintió a su lobo aullar.
Riendo ambos se tomaron las manos y salieron del perímetro que ocupaba el club.

Más todo rastro de alegría desapareció al ver el enfrentamiento, entre sus hombres y los enemigos.

— ¿Listo para un último baile cariño?— preguntó el alfa

— Será todo un placer volver a bailar sobre sus cadáveres— sonrió el Omega.

Una última vez, lo juraron.
El fuego se abrió paso entre las balas salvajes que viajaban en el aire y a sus lados caían los débiles cuerpos que morían bajo sus manos.
La luna llena los acompañaba más el tiempo no los favorecía, la lluvia comenzó a caer, haciendo la noche aún más sombría. La luna se ocultó luego de un rato, triste por semejante enfrentamiento entre sus hijos cambia-formas.

Sin dolor, remordimiento o compasión el omega y alfa destinados jalaban los gatillos de dichas armas, que en sus manos y propiedades se volvían un peligro.

Sacando una granada de sus bolsillo, el omega la beso para luego lanzarla, riendo como un nene pequeño segundos después  escucho y sintió la explosión bajo sus pies.


La situación se volvía más sangrienta y sanguinaria al pasar los segundos. La policía se había sumado al enfrentamiento media hora después, volviéndose un juego de cartas, todos contra todos.
Los disparos viajaban locos buscando una víctima a la cual herir y sacrificar.

— Taehyung no vamos a sobrevivir — dijo el peli-negro — Sal de aquí, cuida a Yugyeom. —pidio

Riendo con sarcasmo el omega negó, el agua caía con más intensidad del cielo y el frío comenzaba a ser insoportable. Sus hombres comenzaban a caer y los enemigos se volvían más y más, junto a las autoridades.

— Escucha bien Jungkook — gritó —Jamas, jamás me pidas dejarte solo, morimos juntos, yo te cuido y tú me cuidas— junto sus frentes para luego dejar un pequeño beso en sus labios mojado. — Acabemos con ellos bebé, juntos. — ánimo

— Al viejo estilo — sonrió

— Eso cariño — sonrió también.

El mayor, se despojo de cualquier arma y dejando a su animal salvaje salir, el ambiente se volvió más pesado. El animal enorme gruñó y todo ruido quedó suspendido.
Cargando las ametralladoras el omega le cubrió las espaldas al alfa, todo aquel que se acercara más de 3 metros a Jungkook moría.

El animal de pelaje negro corría por el campo asesinado con sus dientes filosos a todo tipo de persona que se atravesará en su camino. Iría por la cabeza de Gavid, se la arrancaría y la exhibiria como un maldito trofeo de oro enorme.

Después de acabar con varios cuerpos, logró su objetivo.
Más un sonoro disparo volteo el juego y un lastimero aullido, resonó en el campo.

Abriendo los ojos el omega se retorció, su lobo interior aulló y todo razonamiento quedó en blanco. Su animal gruñó dejando su mente en blanco, su cuerpo dejo de ser humano para transformarse en un lobo de pelaje blanco siniestro con ojos tan azules como el profundo mar. Un segundo gruñido retumbó en el lugar y todos temblaron bajo aquel sonido aterrador. 

Jimin, HOSEOK Yoongi y Namjoon cubrieron al lobo blanco quien a su paso despedazada todo.
Una masacre, sangre, cadáveres, algunos moribundos.
Todo rastro de enemigo y policía desapareció en segundos. Los cuerpos tendidos en el suelo mojado eran muestra de lo sucedido en aquel lugar.


Un aullido lastimero resonó bajo, luego del silencio aterrador en aquel lugar.
Con todos muertos, la lluvia paro y la luna jamás volvió, volviendo a su cuerpo natural, el omega corrió hacia el enorme cuerpo del lobo negro. Con lágrimas en abundancia lloró sobre el cuerpo del lobo lastimado.

— Kook, mírame cariño — ordenó observando como el lobo dirigía sus orbes negros hacia el — eso bebé no cierres los ojos.

Murmuró sintiendo como su mejillas se mojaban aún más y ya no era a causa de la lluvia. Ver a su pareja perder el alma poco a poco era algo que le rompía el corazón en mil pedazos, sus respiraciones aceleradas se volvían lentas con el tiempo y la sangre que brotaba de su pecho era algo inquietante.

— Alguien ayúdeme por favor —grito
— Hey Kookie quédate conmigo corazón—lo animo para que no cerrará los ojos.

Se negaba a verlo perder la vida. Si moría no se lo perdonaría nunca, se molestaría con el en esta y en las demás vidas que se volvieran a juntar. 

Siendo separado de el cuerpo de su pareja gritó.

— Suéltame Jimin, tengo que volver con el, Jungkook me necesita.

—  Taehyung, Kook el.. el

—  No lo digas maldita sea —  lloró con dolor negando. —  No está muerto, no lo está.

Se negaba rotundamente a creerlo

—  Lo llevaremos a la clínica —  dijo Namjoon.


















Fin...























 Mafia Nåcı  ( Kooktae ) Omegaverse Donde viven las historias. Descúbrelo ahora