Despedida

77 5 2
                                    

Narra María

Mis hermanas cumplían con sus tareas cotidianas yo como siempre estaba soñando despierta hasta que mi amado soldado tocó la puerta de la habitación que compartía con mis hermanas y pidió permiso para entrar.

- buenos días señoritas, lamento importunar - dijo - quisiera hablar con María

- es un placer verlo joven - dijo Olga - su presencia es grata para nosotras pero si nuestra madre lo ve aquí le dará un ataque de nervios

- yo me encargo de eso - dijo Anastasia guiñando un ojo - he dejado a mamá tranquila por mucho tiempo

Salió de la habitación mientras Olga y Tatiana se reunían en un esquina cada una con la cara metida en un libro fingiendo no ver nada.

- lamento tanta molestia - dijo el - pero he venido a despedirme

- ¿despedirte? - pregunté triste - por que?

- nos van reemplazar con nuevos soldados - explico - más estrictos me temo, lo lamento no puedo hacer nada para quedarme

- he pensado en ti todos los días, eres lo único que me mantiene con fuerzas aquí. ¿creen que puedo vivir si tú te vas? - respondí llorando -

- volveré por ti - prometió limpiando mis lágrimas con sus manos - te lo prometo María volveré por ti, nos iremos muy lejos te doy mi palabra te amo

- y yo a ti - respondí con la voz temblorosa -

Bese una de sus manos y lo abrace con fuerza. Después nos besamos y salio de la habitación, en sus ojos se notaba que el también sufría. Me senté en mi cama derrotada, había perdido al amor de mi vida. Olga se acercó a mi

- hermanita lo siento mucho - dijo - si podemos hacer algo para que te sientas mejor...

- abrazame fuerte - respondí llorando -

Ella hizo caso y me abrazo, Tatiana se acercó a la ventana.

- María ya se van - dijo Triste -

Me acerque a la ventana y lo ví, miro la ventana por un momento como si supiera que lo estaba mirando y envío un beso.

Cuando se fueron me senté en el suelo y mis hermanas me abrazaron. Sabía que sobretodo Olga entendía mi dolor.

Esperaba verlo para contarle de las sospechas de mi embarazo... Lo único que me quedo fue creer en su promesa...

La última Romanov (Por Danny Flores) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora