Clases de defensa contra las artes oscuras, el día de hoy estaríamos con una nueva profesora, el anterior profesor había renunciado a dar esta clase.
La vieja es una maldita ampolla en el trasero.
—Por eso los muggle son seres inferiores a nosotros. —terminó de decir la molesta mujer.
—¿Por ser diferentes? —pregunté, de brazos cruzados.
—Señorita, le recuerdo que se puede hablar en clase solo con mi autorización.
—No los podemos considerar inferiores solo por ser diferentes, —ignoré lo que dijo y proseguí —si alguien es inferior, dudo que sean ellos, solo piénsenlo ¿Qué sería de nosotros sin la magia? —pregunté sin despegar mi vista de la profesora —en cambio ellos, han tenido tantos avances sin la necesidad de una gota de magia, ¿o me equivoco, profesora? —la mujer me asesinaba ya con la mirada —no tenía idea que en defensa contra las artes oscuras criticábamos a los muggle.
—Señorita Lin, tendrá un castigo el día de mañana en mi despacho.
—Bien.
Hermione me observó con preocupación, negando con la cabeza, solo me encogí de hombros.
Al terminar la clase tuve un recordatorio de la maestra sobre mi castigo en su despacho, que no debo faltar y bla bla bla.
Unas horas más tarde, las clases del día terminaron y cenábamos en el gran comedor.
—Estoy preocupada, —dice Luna, ganándose mi atención por completo —sobre tu castigo, temo que ella sea muy dura contigo.
La miré con ternura, ella siempre se preocupa por mi.
—Descuida, sabes que puedo con un castigo, no creo que se atreva a hacerme daño, no mientras Dumbledore sea el director. —guiñé un ojo a ella.
—Aún así me preocupo, no sabemos de lo que es capaz, no la conocemos en lo absoluto.
—Ya veremos.
Terminamos de cenar por lo que subí a mi habitación, después de ducharme y haberme cambiado esperaba con ansias a Newt, quedó en venir esta noche.
Lo cual cumplió, unos minutos después mi puerta estaba siendo llamada por él.
—Escuché sobre tu castigo. —fue lo primero que dijo al abrirle, pasó directamente hacia mi habitación.
—Hola, Newt, estoy muy bien, gracias por preguntar. —dije sarcásticamente.
—¿Porqué el castigo? —ignoró lo que comenté mientras me miraba con preocupación.
—Dije algo que a la profesora de defensa contra las artes oscuras no le agradó del todo. —respondí con simpleza, cerrando la puerta detrás de mi.
—Estoy seguro que no le agradó para nada. —suspira —pero no entiendo, no eres el tipo de persona que recibe castigos por parte de los profesores.
—Supongo que ella es especial. —me encogí de hombros.
—¿Qué le dijiste? —pregunta, tomando asiento en mi cama.
—No mucho, en realidad quería decirle más cosas pero quizás me obligaba a beber orina de elfo, —camino hacia Newt —empezó a decir que los muggles eran criaturas inferiores y bla bla bla, no pensaba quedarme callada.
—Pero ahora por eso tendrás un castigo. —se cruza de brazos.
—¿Qué tanto puede hacerme la vieja? —cuestiono —no creo que el director pase por alto los tratos que le da a sus alumnos.
—En parte tienes razón, —coloqué mis brazos por encima de sus hombros —pero igual deberías de controlarte, no sabes de lo que puede llegar a ser capaz .
—¿Porqué todos le temen a esa maestra? —pregunto confundida.
—Quizás se parece un tanto a Umbridge. —coloca sus manos en mi cintura.
—Ugh, ni me la recuerdes, en una ocasión nos quitó diez puntos a Ravenclaw solo porque dije que el ministerio no sabía nada acerca de dar clases. Ni olvidar ese castigo que tenía, recuerdo que la cicatriz no desapareció por mucho tiempo, incluso aún se logran ver marcas de ella en mi mano.
—En eso tienes razón, algunos de mis compañeros fueron castigados por ella y me contaron que fue algo doloroso. —sonrío y sostengo por un momento una de sus mejillas con mi mano, después las regreso a sus hombros.
Nos quedamos en silencio, solo admirando el rostro del otro.
Era un cálido momento.
¿Será que por fin podré volver a tener sus labios sobre los míos?
Espero que si.
Nuestros rostros se acercaron más, hasta el punto de sentir su cabello rozar mi frente.
—Scamander... —susurré.
—Dime... —respondió de igual forma.
Nuestra respiración se había vuelto pesada.
Relamí mis labios y suspiré.
—¿Puedo besarte? —pregunté, sus ojos se abrieron con asombro y logré distinguir un pequeño brillo en ellos.
—S-si... —respondió nervioso.
No lo pensé dos veces.
Justo cuando recibí su respuesta estampé sus labios y los míos.
Sus labios son tan suaves...
Solo eran besos sin entrelazar los labios pero aún así era la mejor sensación del mundo.
Mis manos volvieron a subir a sus mejillas, necesitaba más de esto.
Di el siguiente paso cuando Newt llevó una de sus manos a mi nuca y me acercó más a su rostro, hice que separara sus labios y por fin empezó un beso más fuerte.
Succionaba su labio inferior repetidas veces, y después terminábamos con un beso seco, la presión que hacía en mi cintura con su otra mano solo me impulsaba a ir más y más allá.
Mierda, es solo un beso y ya estoy muy exitada.
Mordió mi labio inferior y me fue inevitable jadear, abrió sus labios sorprendido y aproveché para meter mi lengua a su boca la cual fue muy bien recibida.
El beso se tornó aún más húmedo, solo podía jalar de su cabello.
Me estoy volviendo loca, Newt besa genial.
Mis piernas empezaron a temblar y él lo notó, me jaló hacia él cayendo sobre su regazo, era una posición mucho más cómoda.
Gustosa abracé su cuello mientras lo seguía besando, nuestras lenguas no dejaban de luchar entre ellas, sus manos no dejaban de hacer presión en mi cintura.
Hasta que tuvimos que respirar correctamente.
Nos separamos, sus labios estaban llenos de saliva y muy rojos, supuse que los míos se encontraban igual.
—Mierda... —dije con dificultad.
—Fue mi primer beso, de esa forma. —comentó, sus mejillas estaban muy rojas y su respiración hecha un desastre.
—Aprendes muy rápido. —respondí, haciéndolo sonreír levemente.