Parte 1

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Como todas las mañanas, ahí estaba él. Siempre arreglado y con su uniforme en orden. Nunca había algo mal en él. Y eso a Jeff lo sacaba de quicio. Debía haber algo que no fuese perfecto en aquel chico. Él siempre se sentaba detrás de él, desde la primaria. Al principio le llamó la atención lo bello que era, pero ahora sólo le hacía rabiar el hecho de ser perfecto. Ambos tenían ya sus diecisiete años, y no eran tontos. 

Jeff sabía que, ese muchachito, ocultaba algo. Y quería averiguarlo. Aquella mañana se había propuesto descubrirlo. Saber cómo es en realidad Barcode Tinnasit. Ese chico de pelo negro, ojos marrones profundos y sonrisa encantadora. Ese chico, hoy iba a ser descubierto por Jeff Satur. Entonces vio cómo se inclinaba hacia un lado, tumbándose en los dos asientos. Durmiendo. Él sonrió y se permitió el lujo de echar una cabezadita, también. 

— Oye despierta —Jeff escuchó decir a alguien, abrió los ojos y ahí estaba él. Barcode Tinnasit. El chico perfecto. El que no comete ningún error. Estaba despertándose

— Déjame tu móvil, el mío se ha quedado sin batería. 

— No lo he traído —dijo desperezándose. Estiró los brazos y entonces lo miró extrañado

—¿Para qué lo quieres? 

— ¿No es evidente? Estamos encerrados en el autobús.

Y entonces, en ese preciso momento, se dio cuenta de los asientos vacíos. Del silencio que los rodeaba. El miró, no parecía afectado en absoluto. Estaba de lo más calmado. Otra razón para sacar a flote la ira de Jeff. 

— Tampoco te tires de los pelos —dijo irónicamente Jeff, Barcode levantó una ceja y lo miró. 

— ¿Qué quieres decir con eso? 

— Parece que te da igual estar encerrado —se encogió de hombros y lo miró fríamente—, casi parece que lo único que quieres es darme una buena impresión. 

— Claro que no. 

— Entonces te gusto —Jeff espetó sin ningún tipo de vergüenza, él abrió la boca y emitió un sonido de sorpresa fingida. 

— ¿Qué tú me gustas? Y dime, ¿Cómo has llegado a esa idea? 

— No estás para nada disgustado con quedarte encerrado conmigo aquí —murmuró cínicamente, el negaba con la cabeza mientras lo miraba con rabia contenida. 

— ¿Y quién te crees tú para que pienses que se me caen los pantalones al verte? 

— No lo sé, dímelo tú —se levantó y se acercó a él—. Dime por qué te gusto tanto, pequeño.





(Es una adaptación de una historia de una pareja heterosexual, si encuentran algo que no cuadre con las descripciones de los personajes o de las acciones, una disculpa.)

Espero les guste :)

En el autobús    ||JeffBarcode||  [+18] (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora