Lo que alguna vez fuimos. (Propuesta Laboral)

Capítulo 6.

Negué sollozando.

—¡Tienes que hacerlo!—Gritó mi abuelo enfurecido.

Negué cabizbajo, sollozando y maldiciendo la hora en la que pude haber nacido.

—¿Acaso eres estúpido?—Dijo golpeando mi hombro con su bastón, solté un quejido bajando la mirada.

—Yo nunca tuve sexo con ella, no puedo hacerme responsable de algo que yo ni siquiera creé—Dije suspirando.

El me miró fulminante.

—Ella es a la que amas, debes corresponderla—Dijo señalandome.

Yo negue quitando mis lágrimas, completamente enfurecido.

—Yo amo a Suni, ella es a la que amo. No amo a la estúpida que dice ser mi novia, ella y yo no somos nada—Dije mirándolo fulminante.

—No te permitiré que me hables de esa manera—Dijo mirándome con enojo.

—Yo no permitiré que elijes por mi, con la única que me casaré será con Suni, con la que amo—Dije.

—¿Lo elijes así?—Dijo mirándome con burla—¿Que te dará ella? Oh, unas noches de placer, pero no hay dinero y sin eso no hay felicidad—Dijo señalandome.

Yo negue frustrado.

—Yo lo sé, ella no tiene dinero pero yo la puedo mantener, yo seré suyo hasta la muerte y eso ella lo sabe—Dije.

—¿El dinero? ¿En donde queda como ganas el dinero?—Dijo.

—Yo tengo millones en mi cuenta, y otros guardados, tengo de los que ganaré y también el trabajo que siempre me hará dinero—Dije con simpleza.

—Tienes dinero y nunca pararás de tener dinero, pero, ¿planeas darle todo a ella?—Dijo con burla.

—Ella será mi mujer, es lo que debo hacer, es lo que debí hacer en un inicio y no a seguir las estúpidas palabras que diste—Dije.

—Esas "Estúpidas" palabras como. Tu dices te sacaron de todo—Dijo.

—¿Quien fue el que sacó millones de tu cuenta?—Dije con burla.

—Tae-mo, no seas grosero—Dijo señalandome.

—¿Que? Simplemente estoy hablando, la defiendes mucho cuando ella te sacó más de quince millones de tu cuenta—Dije acomodando mi cabello.

—Aún así ella sería buena novia—Dijo.

Negue—Te lo diré ahora, ¿Quieres conocer a mi novia ahora o en la boda?—Dije con simpleza.

El me miró con una ceja alzada, mirándome como si estuviera loco.

—¿Estas hablando enserio?—Dijo.

Yo asentí sonriendo.

—Tae-mo.. —Dijo, pero lo interrumpí.

—Si o no—Dije cruzando mis brazos, viéndolo con seriedad.

El suspiro poniendo sus manos en su rostro.

—¿Cuando la conoceré?—Dijo suspirando.

Yo sonreí con triunfo.

—Puede que este domingo, hablaré con mi futura esposa—Dije acomodando mi corbata.

El asintió bufando.

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Yacía fuera de su departamento, esperando a que los malditos cantantes que contraté vinieran.

Mire mi reloj suspirando, diez minutos tarde.

Las rosas entre mis brazos, ya casi secas; debí comprarlas después, no un día antes.

Escuche pasos corriendo hasta mi lugar, suspiré viendo a aquellos cantantes completamente agitados.

Al llegar a mi hicieron una reverencia.

—Disculpe la tardanza, nuestro auto se malogro y tuvimos que venir a pie—Dijo, yo asentí.

El asintió acomodando los instrumentos, sus compañeros acomodaban los instrumentos.

Comenzaron a cantar así llamando la atención de los presentes, pude ver como mi Suni se asomó desde su ventana.

Sonrió de alegría al verme, pude ver sus ojos llorosos.

Pero se fue de la ventana, rápidamente saqué el anillo que había comprado. Un lindo anillo de diamante para mi bella futura esposa.

Sonreí al verla abrir la puerta principal, ella estaba en pijama ya que era de noche.

Sonreí al verla, tan hermosa y delicada.

Cúando la música paró, me acerque a ella, me arrodillé ante ella así alzando la caja donde adentro yacía el anillo.

Puso sus manos en su rostro, sollozando.

—Es simple lo que quiero decirte. He decidido pasar el resto de mi vida a tu lado, verte cada día y a cada noche, ver la hermosa sonrisa, ver el hermoso de tus ojos brillar. Prometiéndote amor eterno, la firma de esa decisión es este anillo—Dije abriendo la caja así enseñando el brilloso anillo de diamante— Ahora la pregunta es ¿aceptas?—Dije sintiendo las lágrimas en mis ojos.

Asintió quitándose las lágrimas.

—Acepto..

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