La noche mantenía su manto oscuro y brillante en el cielo, sin querer eclipsar a la hermosa luna llena que se mecía junto a ellas. Si mirabas hacia el cielo parecía querer acunarte con su cálida luz.
Sanem permanecía dormida sobre el pecho desnudo de su amado. Desde que habían reunido el valor necesario para derribar los muros que los separaban, su relación había adquirido un nivel de intimidad muy bonito y ansiado.
Cuando el reloj marcó la 1 de la madrugada algo la devolvió abruptamente a nuestra realidad alejándola de su maravilloso mundo soñado.
Algo adormilada miró hacia la ventana para ver si había amanecido, pero no, el sol todavía no se había despertado permitiéndole así disfrutar de dos cosas, que sí por separado le encantaban, unidas la volvían loca: Poder seguir durmiendo un ratito más disfrutando de su chico solo para ella.
Sin poder evitarlo, una tenue sonrisa acudió a sus labios regodeándose en esa idea. Sí, era un pensamiento egoísta, pero no le restaba ni un ápice de felicidad a su conciencia.
Cuando estaban en la agencia, lo cual representaba más de un setenta por ciento de su tiempo, había tenido que aprender a resignarse y aceptar el hecho de que Can no era exclusivamente su jefe, sino el jefe de todos sus compañeros y que eso acarreaba compartirlo con mucha más gente. Por eso, cualquier momento juntos por ínfimo que pareciera, era un auténtico tesoro para ella.De su pecho emergió un sentido suspiro de alivio y como si de un bebé se tratara, cerró lentamente de nuevo sus ojos acariciando su preciado albatros de plata. De todos los colgantes que Can poseía, ese era su favorito, siempre que podía lo tocaba, tenía un efecto relajante sobre su cuerpo y su mente aunque en esta ocasión parecía no estar funcionando demasiado bien. Pasaban los minutos y ella seguía despierta sin saber por qué.
-- Son la 1:30... y aún no he conseguido dormirme- se lamentaba mientras dejaba el despertador en su mesita de noche. - A este paso me veo yendo a la oficina como una zombie. Vamos Sanem tranquilízate, no va a pasarte nada, todo está bien. - Intentaba convencerse a sí misma de que lo acontecido en las semanas anteriores estaba olvidado, pero algo en su interior no se quedaba tranquilo. Con el miedo comiéndola por dentro, dirigió su mirada hacia la persona que descansaba plácidamente a su lado, ajeno a su terrible sufrimiento.
Voz Interior: Vamos despiértale, si lo estás deseando.
-- No es cierto, es que no quiero pasar por esto sola.
Voz Interior: Pues adelante, el que está acostumbrado a no dormir es él, seguro que con una ducha fría se despeja como si nada.
-- Una ducha... ¡eso es! - Por fin se había dado cuenta de lo que pasaba. ¡Cómo no había caído antes!
Radiante por su descubrimiento, se tumbó de lado cuidadosamente junto al cuerpo semi desnudo de su chico, quien al sentir movimiento cerca de él, gruñó cambiando ligeramente de postura.
Sanem le miraba sonriendo embobada, le adoraba. No podía negarlo a pesar de que ahora la hubiera privado de tocar su perfecto y escultural torso.Muy despacito fue arrimándose a él, quería despertarle con mimos y caricias. Empezó a darle pequeños besos en la espalda, muy flojitos como si tuviera miedo de hacerle daño.
-- Can... Despierta - susurró bajito cerca de su oído.
Viendo que eso no había surtido efecto, pasó al plan B: dibujar figuras al azar con la yema de su dedo de forma que dejaran una huella invisible sobre su piel. Si eso tampoco funcionaba tendría que sacar la artillería pesada.
-- Can...
Al acercarse nuevamente a él, arrastró parte de su cuerpo con ella rozándole tímidamente con la tela que conformaba su sujetador.
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Erkencikus: Escenas Canem
FanfictionMi última obsesión se llama Erkenci kus o Pájaro Soñador si eres de España. Quiero compartir con vosotros algunas escenas de nuestra pareja protagonista favorita. Can & Sanem. Son momentos que nos hubiera gustado ver en la serie tal como siempre l...