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Advertencia.

Esta historia corta es estrictamente para personas mayores de edad. Contiene contenido maduro y sexualmente gráfico. Hay material que se puede considerar desencadenante. Hay temas que incluyen diferencias de edad. Trío. El contenido de esta historia es ficticio y fantasioso. Se recomienda discreción.

...

El sol apenas ha besado el horizonte cuando el mejor amigo de mi padre, Jungkook, me toca el hombro. Me señala, y yo sigo la trayectoria de su dedo hasta que la veo a través de los árboles. Es preciosa. Con orejas grandes y con ojos oscuros, escudriñando el bosque en busca de depredadores, en busca de mí.

La observo a través de la mira de mi rifle. Sólo tengo unos minutos antes de que termine el día de caza, y he estado esperando todo el fin de semana para este momento.

Jungkook me aprieta el hombro. Sabe lo mucho que deseo esto.

—Respira —susurra.

Inhalo profundamente, tal como me enseñó, y luego flexiono el dedo al exhalar.

Un disparo atraviesa la tranquilidad cuando la culata del rifle me golpea el hombro. Levanto la vista justo a tiempo para captar el borrón de la cola blanca del ciervo cuando desaparece entre los árboles.

Otro fallo. El segundo desde que llegamos hasta aquí.

—Maldita sea —murmuro. —Hice todo lo que debía hacer.

Jungkook me abraza de lado. Es tan alto que mi frente apenas alcanza su hombro. —No te preocupes, Evie. Ya lo conseguirás. Todavía tenemos unos días más. —Comprueba su reloj. —Volvamos. Tal vez Jimin tenga algo.

Volvemos al sendero principal y luego bajamos hasta donde está estacionada la camioneta de Jimin , el otro amigo de mi padre. Nos espera al volante. Cargamos nuestras cosas en la caja -no hay ciervos a la vista- y subimos al interior, yo entre Jungkook y Jimin .

—Parece que les fue tan bien como a mí —dice Jimin . Pone la camioneta en marcha atrás y nos hace girar en dirección a la cabaña de caza de mi padre.

—Evie casi consigue uno —dice Jungkook . —Una cierva de buen tamaño cerca de la colina.

—Casi, pero no del todo —refunfuño.

Jimin me revuelve el pelo. —La conseguirás la próxima vez, conejita.

En otras circunstancias, el término cariñoso de mi padre para mí me habría puesto los pelos de punta, pero ahora mismo me parece un insulto. Porque eso es exactamente lo que fui hoy: una conejita nerviosa. No más capaz de derribar a una cierva adulta que un conejo.

Observo la puesta de sol entre los árboles mientras nos dirigimos a la cabaña de mi padre. Se suponía que íbamos a estar los cuatro aquí este fin de semana, pero mi padre está en casa enfermo de gripe. En lugar de hacerme esperar hasta el año que viene para ir a mi primera cacería, se ofreció a dejar que Jungkook y Jimin se quedaran en su cabaña si prometían cuidar bien de mí en el bosque.

Al haber crecido en los suburbios, se podría pensar que echaría de menos no tener televisión por cable ni Internet, pero no es así. Me encanta estar aquí, lejos de las multitudes y del tráfico de la hora punta. Llevo toda la vida jugando en el pequeño bosque que hay detrás de nuestra casa, pero esta es mi primera salida de caza de verdad. Mi madre siempre ha odiado que sea una marimacho, y está claro que nunca quiso que aprendiera a cazar. Pero en cuanto cumplí los dieciocho años el verano pasado, le hice prometer a mi padre que me llevaría a cazar con él y sus amigos en otoño.

Entramos en el camino de grava y descargamos el camión.

—¿Filetes esta noche? —pregunta Jimin .

Ponte abajo; jjk & pjmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora