4:In My Darkest Hour

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Ya había pasado una semana de aquella celebración que para ambos individuos no era algo que celebrar, la hora de la verdad ya tenía lugar. El trabajo.
Como se sabe, para Siwon era mucho más difícil que para Kangin, si bien no se llevaba tampoco bien con el cristiano no podía evitar muy en el fondo que sus prioridades eran otras, mucho más importantes que pensar en lo que le desagradaba.

El set de estudio se veía totalmente impecable y con mucha razón, había sido planeado durante aquella semana de planeación. Era lo menos de cómo debía lucir.
Una escenografía limpia y estética, personal capacitado y listo para los artistas al momento y hora que se les necesitara.
Ellos no tendrían queja alguna, todo estaba listo.

—Carajo —Siwon trataba de practicar sus líneas del programa, las cuales no se mantenían en su cabeza—. Esto es difícil.

Un Kangin se encontraba relajado en el asiento de la batería; aparentemente pensando en ojos de Siwon.

¿Qué no piensa practicar? —pensó algo enojado.

Kangin sólo miraba ocasionalmente sus líneas, miraba a algún punto aleatorio de la escenografía y volvía a repetir el proceso en intervalos de 2 minutos.
Lo que el pelinegro no sabía es que el mayor no era cualquier novato, ya estaba especializado en el campo del entretenimiento y eso, por supuesto, entraba el mundo de la televisión y la farándula.

Siwon por alguna razón volteaba de vez en cuando a mirar a su compañero de trabajo, había notado que su cabello lo tiñó de un color plateado; un color bastante profundo, muy hermoso a su criterio.

Algunos bordes y trazos de los tatuajes que sobresalían de las partes que la ropa no cubría se alcanzaban a ver, sus brazos eran fuertes sin duda alguna.
Su semblante; tan enigmático. No podía deducir que pensaba aquel engreído hombre.

Entonces Kangin lo miró de vuelta.

—... —su mirada rápidamente giró a otro lado, inmiscuirse para ver a otras personas no estaba bien, sin embargo, lo hacía con quien despreciaba.

Probablemente para ver a través de él; pero bastante imposible con alguien que no expresa absolutamente nada.

No podía negar que era muy atractivo, las chicas tenían muchas razones para enamorarse de él. Muy justificadas. Pero no se atrevería a admitirlo.

—¿Te gusta la dinámica del programa? —Sin que Siwon pudiera darse cuenta, el peli plateado ya estaba a una distancia decente. La ideal para conversar.

—...Si.

El show consistía en que ambos harían covers de canciones de bandas famosas. También metiéndose al papel de los integrantes de las bandas que tocaran en cada episodio individual.
Al ser ellos las estrellas principales, ocupaban el cargo más pesado, se tenían que encargar de hablar en su gran mayoría, tocar algún instrumento, cantar y crear el ambiente en general de casi todo el programa.

—A mí no.

Siwon volteó a mirarlo con un gesto ligeramente confundido.

—¿Por?

—El hecho de que tú y yo tengamos que cargar con toda la presencia del programa es estúpido —se sentó en una silla a lado de su compañero—. No me parece justo ¿Y los demás qué?

Siwon muy en el fondo se sentía terriblemente igual que el mayor, pero por desgracia suya no tenía de otra más que aceptar a regañadientes.

—En ese caso tendrías que consultarlo con el mánager nuevamente. Pero ya es algo tarde para eso.

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