𝑪𝒖𝒂𝒓𝒆𝒏𝒕𝒂 𝒚 𝒔𝒊𝒆𝒕𝒆

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Antes de volver a la habitación de Eddie la primera persona que debe saber esto es Steve, le necesito aquí ahora mismo, no tarda en responder al teléfono a pesar de estar trabajando y agradezco que haga lo posible para venir, necesito hablar con mi hermano para que me diga que no estoy loca por sentirme aliviada.

—¡Alice!—exclama Steve nada más verme en la puerta del hospital—¿Que ha pasado? ¿Eddie está bien? He notado por tu voz que has estado llorando—pregunta preocupado.

—El..si, está bien, todo sigue igual—suspiro pasándome las manos por la cara —He tenido un aborto, Steve, no sé qué coño ha pasado pero ha pasado, sinceramente no sé cómo sentirme, me siento...triste pero a la vez me siento aliviada, ni si quiera diría triste, no sé cómo debo de sentirme ahora

—¿Como?—abre los ojos como platos poniendo sus manos en sus caderas—Ven aquí—suspira atrayendome hacia sus brazos—Si te soy sincero en el fondo me alegro un poco de que esto haya pasado...era una auténtica locura tener a ese bebé, te has sometido a situaciones extremas de estrés, a penas comes y duermes. ¿Que esperabas?—niega acariciando mi cabello separándose de mi para poder mirarme—No tienes que sentirte mal por pensar que es un alivio, Alice, ahora mismo es normal que tengas un torbellino de emociones pero poco a poco se irán ordenando.

Simplemente asiento correspondiendo su abrazo y por unos minutos nos quedamos abrazados hasta que decide llevarme a casa, aunque me resisto un poco a dejar solo a Eddie él se encarga de llamar a Nancy para que venga junto con Dustin para estar con él y así poder irnos nosotros.

Sin soltarme Steve me acompaña hasta su coche y me ayuda a subir; durante el camino a casa vamos en silencio pero antes hace una parada en una de mis hamburgueserías favoritas para comprar algo y comerlo en casa en un intento de levantar mi ánimo, a pesar de no tener ganas consigue sacarme una sonrisa, sin duda es el mejor hermano que podría haber tenido.

Mientras que ambos comemos preferimos disfrutar de la comida y no hablar, por el momento no me apetece hablar con nadie.

(...)

Siento como unas manos zarandean mi cuerpo levemente y abro mis ojos pestañeando varias veces encontrándome con Steve; no sé cuánto he dormido pero seguiría durmiendo mil horas más, tuve que recurrir a mis pastillas de la ansiedad para poder descansar un poco.

—Nancy dice que vayamos al hospital no ha querido decirme por que—al escucharle me levanto rápidamente de la cama y corro hacia el baño para asearme un poco.

Lavo mis dientes, mi cara y cepillo mi pelo en un tiempo récord, nuevamente voy hacia mi habitación para cambiarme de ropa y una vez lista bajo corriendo las escaleras; Steve está en la puerta esperándome con las llaves en la mano.

Mil pensamientos se instalan en mi mente ahora mismo, buenos y malos, pero especialmente malos. ¿Y si ha empeorado y no despierta? ¿Y si ha despertado y no he estado con él?. Mi cabeza va a mil por hora y no soy capaz de concentrarme en lo que está diciéndome Steve así que simplemente opto por asentir a todo lo que me dice.

Nada más llegar al hospital ambos bajamos del coche y me adelanto para entrar a pesar de tener a Steve llamándome, en este momento lo único que pienso es en llegar a esa habitación; mis piernas se detienen al estar en la puerta y antes de entrar tomo un par de respiraciones.

Giro el pomo de la puerta despacio asomando mi cabeza lentamente visualizando a Nancy junto con Dustin, mi vista va hacia la camilla percatándome de que Eddie continua en la misma situación, mis esperanzas de que podía haber despertado se acaban de esfumar.

—Alice—dice Dustin nada más verme y se lanza hacia mis brazos, creo que es el que peor lo está pasando, de verdad se que admira a Eddie—No se va a poner bien ¿Verdad?

𝑯𝒆𝒍𝒍 | 𝑬𝒅𝒅𝒊𝒆 𝑴𝒖𝒏𝒔𝒐𝒏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora