Todo inició con un beso entre dos inocentes niñas. Un secreto. Una forma de vida llena de estereotipos, hipocresía y muchas visitas a la iglesia del pueblo.
Luz y Amity se conocen desde que tienen memoria y en plena adolescencia comenzaron a salir...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
— ¡Luz, llegaremos tarde a la iglesia! —llamó Camila Noceda desde el primer piso de su residencia. Como no obtuvo respuesta, llegó hasta la primera grada de las escaleras para repetir el grito—. ¡Mija! ¡La señora Odalia está por salir, hay que alcanzarla!
— ¡Voy mamá! —respondió Luz Noceda, joven de tez morena encerrada en su habitación desordenada y llena de pósteres de anime mientras texteaba a gran velocidad por el chat de su celular.
🔵 ¿Tardarás mucho? ¿O tu madre no se creyó que estuvieras enferma?
—Por favor... —chilló Luz, expectante del mensaje que recibiría de Amity, su novia.
🟢 Estoy alistándome Mi mamá se demoró porque Emira y Edric le preguntaron si podían ir a una fiesta en el centro
🔵 ¿Y qué les dijo? O.o
🟢 "Prefiero matarlos antes de que sean vándalos" Igual esos bobos se escaparán Cada uno donó 20 dólares para cubrirlos ¿se te apetece que lleve refrescos?
🔵 Y snacks, gracias :3 Dios, a todo esto no puedo creer que tu mamá se comiera eso de que estás enferma otra vez
🟢 No sale tan barato luego tendré que limpiar la casa y llevar a Ghost al veterinario Pero no me quejo, lo vale... Daría todo Con tal de pasar tiempo a solas contigo
🔵 Owww... Entonces si ya te libraste Es mi turno de mentir Mi novia > 4 horas en la iglesia
🟢 Qué sea creíble esta vez, por favor La semana pasada solo le dijiste que estabas en tu días Y regresó antes de tiempo para darte unas toallitas
🔵 XD Recuerdo que entramos en pánico Oculté los dulces en mis pantalones Y tuviste que saltar por la ventana
🟢 ¿Ah, sí? Yo solo recuerdo mi cara estampada en el césped de tu patio
🔵 Sin preocupaciones lo tengo controlado esta vez :3
— ¡DIABLOS! —Acompañada de un sonoro grito, Luz se desplomó en su cama.
La chica se aseguró de que el quejido retumbara hasta el primer piso, lugar dónde su madre terminaba su oración de la mañana. Segundos después, escuchó pisadas por las escaleras. Luz se cubrió de pies a cabezas con sus sábanas, y por lo bajo moduló un tono de voz más grave para dramatizar que fue víctima de un potente cuadro gripal.
—Niña, que esas palabrotas no salgan de tu boca —reprendió su madre, asomándose por la puerta de la habitación.
—Lo lamento —murmuró Luz a duras penas, también haciendo sonar su nariz con un pañuelo para hacerlo más creíble.
