El Destino de un Reencarnado ~Mushoku Tensei~ (PAUSADO)

Capítulo 58: Eris Greyrat.

Muy buenas a todos lectores. Si se preguntan por la tardanza, se debe a un pequeño bloqueo mental que tuve. En serio, meter a una al harem con una buena trama cuesta bastante, pero me cansé de tanto pensar e hice esto. Posiblemente no me convenza mucho en el futuro y le haga sus cambios, pero por el momento será así. No puedo dar mucha demora más ya que tengo muchos planes a futuro. Sin más que decir, comiencen. 

Advertencia; Mushoku Tensei y sus personajes no son de mi propiedad, crédito a sus respectivos creadores. Me disculpo por errores gramáticos u ortográficos. 

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Abrí los ojos y lo primero que me encontré fue ese enorme techo de madera de primera clase que siempre veo cuando me despierto. Los detalles artísticos que le dieron los arquitectos a quienes les pagué por tal trabajo seguía maravillándome cada mañana por las intrigantes líneas artísticas que formaban esa plataforma.

Pasando todo esos pensamientos secundarios a otro plano, me senté y bostecé en mi cama, estirando mis extremidades y adaptándome a estar despierto solo para levantar una ceja cuando vi a cierta niña de cabello rubio sentada en una silla justo enfrente de mí.

"¿Ya podemos ir a entrenar?"

"Es raro de tu parte estar tan animada, Norn. ¿Algo especial que no me hayas contado?"

Norn solo sonrió.

"Nada. No es nada."

"Ya veo." -sonreí mientras le sacudía el cabello-. "Se paciente y espérame, debo de alistarme."

Sin desobediencia o reproche alguno, la pequeña Greyrat asintió con ánimos y enseguida salió de mi habitación ahora solitaria para ir directamente al primer piso. Una vez tuve mi privacidad, empecé a vestirme con ropas casuales para temperaturas gélidas y salí de mi habitación para comenzar con mi rutina de todos los días.

Todo volvió a la normalidad... o eso creo yo desde mi punto de vista.

La tremenda pelea que tuve contra Orsted seguía siendo un caso que a todos en mi familia los tienen conmocionado. La pelea se sintió incluso aquí y todavía, después de 3 días de recuperación, puedo ver una tremenda torre de humo alzándose por el horizonte. Nadie sabe de nuestra pelea, nadie si siquiera fue una pelea, todo lo que saben las personas que presenciaron y sintieron tal cataclismo fue que... hubo una colosal cantidad de mana que arrasó con todo a su paso.

Se han enviado hechiceros de rango alto del Consejo Mágico e incluso del imperio Asura para poder hacer investigaciones más profundas y detalladas, pero no llegaron a nada. Era de esperarse, por más investigaciones que hayan, nadie en este mundo tiene la capacidad de identificar el rastro de mana dejado atrás por sus usuarios. No me preocupo mucho por eso, tarde o temprano abandonarán esa investigación y se irán a la porra a hacer lo que se les pegue la gana, como siempre hacen.

De lo que si me preocupo es mi situación con mis esposas. Al instante en el que desperté, recibí la reprimenda del siglo. Sylphie no paraba de llorar, Roxy me daba reprimendas que parecía más una madre segundona super enojada que mi esposa y Rinia no paraba de andar sacudiéndome de un lado a otro con furia. Ni siquiera sé como encontré las palabras para calmarlas, pero me perdonaron después del arrebato que tuve con lo de abandonarlos a todos. Aún así, sus preocupaciones seguían estando ahí debido a lo de Orsted.

No sé mucho de él desde que me desmayé. No. "No sé mucho" no es la palabra correcta que debería de emplear, sino más bien "no se nada". Orsted desapareció del mapa como si hubiera tomado un corrector y se lo pasara por encima. No hubo rastros de él, y la cabaña en medio de la nada tuvo que ser destruida debido a las investigaciones de los magos y soldados allí. No sé dónde será nuestro siguiente encuentro, pero algo es seguro, él me contactará.