~Cazada en el bosque~

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Corria asustada por el bosque, sabía lo que le pasaría si la atrapaban. Era conciente de que estaba en esta situación por culpa de ella misma "por calienta huevas" cómo la llamaron antes de huir de ellos en dirección del bosque.

Estúpida.

Siguió corriendo sin detenerse, sintió las respiraciones aceleradas y escucho los pasos duros y rápidos detrás de ella cada vez más cerca. Carla era rápida, era parte fey pero ya se estaba cansando además que estaba un poquito borracha lo que no ayudaba con su situación y embotaba sus sentidos.

— No deberías correr pequeña ¡Solo nos la pondrás más dura! — Las carcajadas que siguieron a ese comentario le pusieron los pelos de punta.

Ignorando todo a su alrededor, esquivando árboles y arbustos, cogiendo velocidad en una inclinación sin darse cuenta su pie se enredó con una raíz que salía del suelo causando que tropezara, rodo por el barranco hasta caer en medio de un claro iluminado por la Luna llena.

"Maldita sea" trato levantarse apoyándose en sus manos y rodillas y un dolor punzante le recorrió desde el tobillo hasta columna.

Se había fracturado el hueso, tardaría por lo menos unos minutos en empezar a sanar, y era tiempo que no podía desperdiciar.

De repente sus oídos cosquillearon y el vello de la nuca se le erizo, levanto la mirada y se enfrentó a su destino.

Los demonios la habían alcanzado.

Tenía a dos machos frente a ella sonriéndole de manera maliciosa y podía sentir al tercero detrás de ella.

Uno dió un paso al frente de ella mientras miraba alrededor soltando un silbido bajo.

—Buena elección muñeca, estamos lo suficientemente lejos para que no nos interrumpan y con la Luna como un excelente testigo del placer que vamos a obtener está noche — Carla trato de correr a pesar de su pie lastimado pero el demonio que tenía atrás la agarro de los codos y la pego a su cuerpo. La respiración jadeante le choco contra su oreja causándole escalofríos, alguien estaba excitado. Apoyo su peso en su pierna sana y se quedó quieta mientras Rothem la sostenía.

— Ni lo intentes preciosa, tenemos una deuda pendiente y no tengo ganas de posponer más lo que tú iniciaste — Adelanto las caderas y se frotó descaradamente contra sus nalgas.

Era verdad, cuando inició la noche Carla salió con sus amigas a pasar un buen rato en la taberna local, sin embargo, estás decidieron cancelarle a última hora cuando ya se encontraba tomando su primer trago esperándolas, despechada por ser la única soltera se dirigió a un grupo grande de demonios que le coqueteaban desde lejos. Al principio era un grupo grande de aproximadamente 15 machos, conforme las horas pasaban fue disminuyendo hasta que quedaron los tres solos junto a una Fey borracha y un poco cachonda. Efecto secundario de estar tomada.

Sin darse aún cuenta de su situación siguió coqueteando con ellos, con roces e insinuaciones cada vez más fuértes. Se les sentaba en las rodillas mientras bailaba y les rozaba la polla, les susurraba al oído el calor que estaba haciendo y que tenía mientras se levantaba la blusa para darse viento en los pechos sin ningún tipo de timidez, pero la gota que derramó el vaso fue cuando le lamió los cuernos a Rothem mientras le rozaba con sus nalgas la polla a Cinox y con su mano derecha tanteaba a Saris. Cuando los tres machos gruñeron fue como si la bruma que había envuelto a Carla se dispersará y tomo nota de lo que había hecho, excitar y tentar hasta el límite a tres desconocidos poniéndose en posición vulnerable.

Antes de terminar de asimilar bien lo que había hecho su instinto la guío a emprender su huida para terminar precisamente en este claro.

— No se de que me hablas, no he hecho nada y suéltame animal — trato de zafarse de su agarre revolviendose pero solo consiguió excitar más al demonio que la sujeto más fuerte mientras gruñía.

~Amor, Fantasía & Erotismo~ (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora