17. Hallazgos

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Los cuatro adultos siguieron a los perros hasta una especie de callejón, Ari y Temo sentían una gran opresión en su pecho de tan solo imaginar que algo pudo pasarles a sus hijas.

-A ver pequeños, busquen algún rastro- dijo Rafa-. ¿Desde cuándo los tienen?
-Desde cachorros.
-Eso es buena señal, porque al ser muy unidos a ellas su aroma se queda grabado y eso nos podría llevar a una pista de su desaparición- dijo Rodrigo.

Los perros continuaron olfateando por el lugar, poco a poco se fueron acercando a donde estaba el contenedor de basura y empezaron a ladrar desenfrenadamente.

-Parece que encontraron algo- dijo Rodrigo trepando al contenedor para entrar en él.
-¿Qué habrán encontrado, Tahi?- preguntó Temo con preocupación-. No quiero imaginar que...
-Tranquilo Tahi, no lleguemos a conclusiones- dijo Ari tomando su rostro para que lo mirara a los ojos-. Estoy seguro de que es una pista que nos puede llevar a ellas.
-Esa respuesta la darán ustedes. ¿Esto pertenece a sus hijas?

Rodrigo mostró lo que había encontrado, eran dos mochilas y dos suéteres de secundaria.

-¡Esos son de mis hijas!- dijo Temo llorando-. Mi amor, nuestras hijas.
-Tranquilo Temo, no debe ser nada malo, ¿cierto Rodrigo?
-Así es, tranquilo Temo- dijo Rodrigo y vio que cerca de un poste había una cámara de seguridad-. Esa cámara nos va a decir lo que realmente pasó, voy a pedir que investiguen los vídeos desde el día de su desaparición. Tranquilos muchachos, las vamos a encontrar.

Rodrigo le pidió a la pareja que fueran a descansar ya que realmente se veían cansados, cualquier cosa se mantendría comunicado con ellos. A Rodrigo y a Rafael no les gustaba verlos así.
-Chuky, lo mejor será que vayas a casa con los niños- dijo Rodrigo un tanto desanimado-. Yo voy a llevar esto a investigación.
-Claro- dijo Rafa-. No te desanimes monstruo, estoy completamente seguro que vas a resolver este caso.
-Solo quiero que esa pareja no sufra por la desaparición de sus hijas.

Rafa le dió un tierno beso a Rodrigo para después darse un abrazo.

Ari y Temo llegaron a casa, el rizado llevó a acostar a las bebés en sus cunas para después irse a acostar junto a su esposo. Lo abrazó y le dió muchos mimos, Temo ya lloraba.

-Todo va a estar bien- le susurraba Ari-. Aquí estoy yo contigo.
-No me dejes de abrazar, amor- dijo Temo-. Solo quiero que mis niñas estén bien.

El momento fue interrumpido cuando un celular comenzó a sonar, era el de Ari y al ver el nombre del contacto se apresuró a contestar.

Llamada
-¿Diga, agente Rodrigo?- dijo Ari al contestar y puso el altavoz para que Temo también pudiera escuchar.
-Aristóteles, tenemos noticias sobre sus hijas- dijo Rodrigo-. Pero no son noticias buenas.
-¿Qué pasó con nuestras hijas?- preguntó Temo con un nudo en la garganta.
- Chicos, los suéteres al igual que las mochilas tienen unas rasgadas como si alguien hubiera forcejeado a las niñas. Revisamos los vídeos de la cámara de seguridad y mis conclusiones eran ciertas.
-¿A qué se refiere?
-Sus hijas fueron secuestradas. Al parecer los secuestradores fueron astutos porque la camioneta no tenía placas y no encontramos huellas en las pertenencias de las niñas.
-Mis niñas no- dijo Temo entre lágrimas y cayó al suelo desmayado.
-¡Tahi!- gritó Ari al verlo-. Rodrigo, te marco luego y cualquier otra cosa que sepas de mis hijas nos marcar. Tahi, mi amor, despierta.

Familia Corcega López 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora