Todos a bordo del S.S.Ylotic

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El sol estaba, justamente, a la mitad sobre la línea del horizonte, cuando un pokémon con aspecto de murciélago voló sobre el grupo y se niveló con la cabeza de Marinette, donde descansaba Ledyba.

El grupo se tensó y miró al pokémon familiar, mientras el tipo insecto de Marinette se reunían con él en el aire.

—Es el Crobat de la abuela —dedujo la oji-azul cuando vio a los dos pokémon interactuar —debió enviarlo para que vayamos de regreso.

Crobat asintió con su cuerpo en respuesta, así que los adolescentes se pusieron de pie, mientras los kwamis volvían a sus respectivos escondites en silencio.

—Totodile, sube, ya tenemos que seguir —Luka llamó a su más reciente amigo, considerando un momento si la diferencia entre el océano y el muelle era demasiada para su pequeño amigo.

Totodile se desanimó un poco, pero asintió. Chatot voló fuera del hombro de Luka para enganchar al tipo agua por los hombros y lo levantó hasta el muelle, donde el lagarto azul se sacudió el agua de su cuerpo antes de pararse junto a su entrenador.

Félix lanzó un comentario sobre como el agua resbalaba fácilmente por la piel escamosa del pokémon y el grupo empezó a debatir si era o no una cualidad que lo ayudaba a estar tanto en tierra como en agua cuando se reunieron con los tres adultos.

— ¿Todo en orden? —preguntó Adrien, mientras Crobat se posaba en un hombro de Gina.

—Sí, querido. Nuestro barco es el de la derecha —señaló la mujer británica, haciéndolos mirar la enorme nave. Parecía hacer alusión a los barcos de madera que tenían sirenas talladas en la proa porque la parte delantera del casco, la que se curva hacia abajo desde la amplia cubierta principal, estaba decorada con, lo que los chicos sólo podían adivinar, alguna especie de pokémon; tenía forma y cabeza de serpiente, dos mechones que parecía nacer desde sus cejas, un pico en la parte superior de su cabeza y dos antenas que parecían nacer de las esquinas de los ojos.

Hubo diversos susurros de asombro.

—Marinetta. Necesito un favor, mi hada.

La niña casi saltó cuando su abuela le puso las manos en los hombros de forma inesperada — ¿Sí, Nonna?

—No me dejes olvidar que, antes de llegar a Alola, necesito comprar un regalo —los ojos tenían una muy ligera exasperación y angustia, que Marinette ya sabía, significaba que acababan de recordarle algo que había olvidado, así que repasó sus palabras "¿un regalo?" —un regalo para bebé —complementó la mujer.

— ¿Quién va a tener un bebé? —preguntó Adrien con curiosidad.

—El profesor Kukui y su esposa, Burnet, tuvieron su primogénito hace unos pocos meses —explicó Oak.

Gina se llevó una mano a la mejilla —lo había olvidado por completo, no puedo llegar con las manos vacías. Esos dos hacen una pareja simplemente adorable.

Marinette se rió levemente por su abuela —no es problema —Ledyba miró con curiosidad, desde la cabeza de su entrenadora, cuando esta sacó un cuaderno y un lápiz de su equipaje de mano —profesor Oak ¿sabe qué edad tiene el bebé? ¿Su nombre? Y de causalidad ¿puede decirme algo que le guste o sea importante para los padres?

El hombre parpadeó ante las preguntas, mirando cómo Marinette estaba anotando algo en el cuaderno que había sacado mientras lo hacía.

—Su nombre es Lei. Tiene, aproximadamente, unos seis meses de edad —empezó a responder, altamente curioso — ¿por qué lo preguntas?

—Marinette es diseñadora —Luka respondió, sabiendo lo que su musa estaba haciendo —principalmente de ropa, pero hace muchas cosas.

—Y es muy buena personalizando lo que hace en base a los gustos, hobbies y otras cosas de las personas —añadió también Félix, mientras Kagami se inclinaba sobre el hombro de su amiga.

Sol. Luna. Estrellas. MiraculousDonde viven las historias. Descúbrelo ahora