Mi nueva normalidad.

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Protagonista: Ox.

Shippeo: Ox x Oc. 

No tengo spoiler. Pero si quiero preguntar, he pensado en escribir de Linux más seguido. Pero como es un personaje Fan-Made, lo encuentro... ¿"Inapropiado"? No sé si esa es la palabra.

Por cierto, ¿Son ideas mías o Oletea debería ser gitana para ser morena en este periodo de la época, y en Europa?

Sentada al lado del Santo de Tauro, la mujer morena miraba a su gran compañero preguntándose si este estaba dormido, ya que no emitía ningún tipo de expresión o sonido

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Sentada al lado del Santo de Tauro, la mujer morena miraba a su gran compañero preguntándose si este estaba dormido, ya que no emitía ningún tipo de expresión o sonido. Cruzado de brazos y piernas con los ojos cerrados, en dirección al horizonte, en ese tranquilo día.

Ox no llevaba la armadura, rodeando sus brazos se encontraban varias vendas dónde algunas heridas medio superficiales descansaban. Oletea por su parte se había arreglado en cabello en una coleta desviada a un lado de su rostro, algo que rara vez hacía. No era propio de ella arreglarse tanto, siempre era solo lo necesario.

Pasando su mano por el antebrazo del Santo de oro, Oletea presenció cómo este se dejó caer contra el piso de un sólo golpe, notando que en serio estaba dormido y riendo por eso. Parándose para moverse hasta quedar cerca de su rostro, pasando su mano dulcemente por sus facciones, provocando que un suspiro, similar a un gemido saliera de sus labios, antes de bostezar y empezando a roncar.

- Se le nota cansado. - La voz de sus labios salía en un tono dulce. Sentándose a su lado, teniendo la idea de apoyar la cabeza de Ox en sus piernas pero siendo algo difícil de lograr.

No era la única doncella en el santuario, tampoco la única cercana a un dorado. Nunca presenció una batalla contra los espectros o cualquier enemigo a los que los Santo de oro y el propio ejército de Athena enfrentaran, no le correspondía ni tenía la fuerza. No obstante el solo hecho de poder velar por el hombre que desinteresadamente le cuido, solo con eso se sentía satisfecha. 

- Joven Oletea. - La nombrada levanto la mirada al Santo de Aries, que sonría cordial unos momentos despues del cómodo silencio entre el toro y la morena.  Desviando su mirada al dormido Santo de Tauro parpadeando al verlo. - Vaya que esa pelea lo dejo muerto.  - Rio, justo estaba queriendo revisar sus armaduras. 

En esos 3 años conociendo al gigante, para ella misma el pensamiento que para los otros 11 hombres que junto a Ox custodiaban a Athena, su presencia seguramente les era incomoda era palpable, actualmente era un miedo que iba superando, ya que claro, Izo, Kaiser, Mystoria y Carbinale siempre la miraban con mucha seriedad, al grado de ser intimidantes, rápidamente se sentía incomoda. Shijima ni lo molestada, ya le habían advertido que estada bajo un voto de silencio. 

- Es lindo verlo tan tranquilo. ¿No le parece? - Shion se le quedó mirando sin respuesta clara, a lo que rápidamente la chica se retractó pasando su mano por su pelo cambiando de tema. -  ¿Ustedes se conocen desde temprano edad no es así? Me ha llegado a comentar de eso. Nunca se cómo sentirme escuchandolo.

- Claro, desde los 8 años entrenamos juntos sabiendo nuestro destino.

- No sé si un poco triste... - Dijo sin pensar. Nuevamente está se retractó y busco corregirse.  Pero siendo interrumpida.

- Descuida. Entiendo a qué te refieres. - Alzando su mano le aclaro. - Recuerda que puedes hablar conmigo con menos formalidad. - Sonrió.

- La verdad no sé que decir. Athena, los dioses, aveces me siento extraña cuando me voy cuenta que mi vida cambio tanto, dónde mi normalidad es saber lo que afecta al mundo. Nunca se lo dije a Ox porque no quiero que se preocupe, o sienta que me siento inútil viendolo pelear. - Sonrió, pasando su mano por el hombro del hombre dormido a sus pies.

- ¿Te sientes así?

- No la verdad. Soy inútil en este conflicto, lo se. Pero Ox ya hizo mucho por mi, de la forma en que puedo retribuirle a él y a Athena, tengo suficiente.

- Es interesante ver su confianza, Ox es leal pero a su vez despistado.

- Lo sé. - DeathToll era el principal testigo de las hazañas que Ox tenía que hacer cuando quería ser cariñoso, o mostrarle afecto a la mujer.

En el brazo de ella estaba un regalo que Ox le entrego, si bien la joyería no era lo suyo, sea por comodidad o  solo por constumbre, ella lo acepto, usándolo con mucha frecuencia desde que llegó a sus manos, notando el gesto de gusto que Ox tenía cuando lo usada. Siendo un brazalete. Aunque Oletea no supiera de que estaba hecho, este tenía 2 hebillas, una con el cuerno de un toro y la otra con una flor, parecían de metal pero no pesaban en lo más mínimo.

- Recuerdo que una vez me moleste con él, es vergonzoso saber que no tuve miedo en gritarle.

- Déjame adivino, ¿Muy sobreprotector?  Nos hablo un poco de la situación que tenías, por eso él le pidió a Athena que te deje tomar el cargo de su Doncella.

- No la verdad, solo fue un malentendido. Se puso muy nervioso, no supo ni como responderme sin hacer que me moleste. Me va pena recordar. - Se notada un poco, el sonrojo en su rostro se veía. Logrando que Shion ría risueñamente.

- Jajaja. Rara vez muestras ese carácter. Me va risa pensar como lo tuvo que vivir Ox. - Desviando su mirada, Shion detallaba a su compañero en su lugar. Notando que, se había despertado. - Buenas tardes Dormilón.

- ¿¡Te hacías el dormido!? - El santo de Tauro rio. Viéndose atrapado, teniendo que pararse aceptando sus acciones.

- No, si me habla quedado dormido, pero desperte cuando Shion empezó a hablar. - Llevándose la mano a la nuca de los nervios expreso. La mujer morena se sentía muy avergonzada.

- ¿Los dejo solos? Venia a revisar las armaduras, pero veo problemas de pareja. - Rio, ninguno dejo que se fuera.

Tauro Gold Saint Zone (Libro #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora