Esperando

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Sonic se levanta temprano por la mañana, siendo recibido por la brisa que se escabulle desde la ventana abierta. Nubes grises y espesas se tragan toda luz solar y el día se ve tan deprimente como se siente. No le gustan los días oscuros y fríos si puede ser honesto consigo mismo. Prefiere el calor abrasador del sol y el azul surcando cada milímetro de cielo.

Sabe que a Shadow tampoco le gustan los días grises, lo ponen nervioso aunque se esfuerce en ocultarlo. El erizo cobalto lo conoce lo suficiente como para darse cuenta de ello, sin embargo prefiere nunca decir nada al respecto. Solo se acurrucan juntos, esperando a que el mal tiempo pase lo más rápido posible. Algunas veces Sonic desea controlar el clima, así no tendría que sentir a su compañero ébano temblar y hacerse bola tanto en mente como cuerpo.

Hablando de Shadow... Sonic mira a un lado en su cama. El espacio, normalmente ocupado por un fuerte erizo oscuro, se encuentra vacío y frío tal como el día allá fuera. Un sentimiento alarmante se instala en la mente de Sonic y más rápido de lo que su somnoliento cerebro puede procesar, se encuentra deslizándose fuera de las sábanas afelpadas en busca de su compañero. Todas las mañanas, sin importar que suceda, Shadow esta a su lado, firme y cálido como nadie más. Las manos oscuras lo envuelven con cariño y su respiración tranquila choca contra la parte posterior de su cuello, procurando no interrumpir el sueño de su pareja.

Amanecer tras amanecer el erizo color ébano acurruca a Sonic con cuidado. Con amor. Y las pocas mañanas en las que esto no sucede es porque Shadow ha tenido un episodio. Un episodio donde se disocia, ya sea de forma leve o... Grave. Mientras avanza trata de calmarse a si mismo, es probable que el hibrido haya ido al baño o este encargándose de algún asunto que no le concierne a Sonic. Pronto la ansiedad lo inunda y sus pisadas se vuelven amplias.

Entra despacio a la cocina, por si acaso Shadow se encontrará ahí comiendo sus habituales granos de café. Pero tal y como lo pensaba, el lugar está inquietantemente solo. El héroe de Mobius muerde su labio y las púas de su cabeza se erizan al momento en que sus pies descalzos tocan los azulejos helados de la cocina.

Busca en el baño. Vacío. También en la sala de lavado. Nada. Entonces Sonic no puede pensar en algo más que... Corre directamente a la entrada de su casa y abre la puerta estrepitosamente. Busca a las afueras del lugar con la mirada desorientada; Y ahí está Shadow, parado en medio de la hierva cubierta de brisa, buscando algo que no va a encontrar en ningún lugar.

El pecho de Sonic se contrae con una conocida punzada de dolor. Está sucediendo de nuevo y no tiene idea de cuánto tiempo lleva así o cuánto tiempo va a durar. Ni si quiera sabe si es uno de esos episodios donde ha perdido todo recuerdo de los últimos años en la tierra, o si probablemente solo está ligeramente desorientado.

Sea como sea, el erizo cobalto se acerca cuidadosamente, tratando de ser lo más sigiloso que puede para no asustar a Shadow. Sus esfuerzos son en vano, pues tan pronto como da un paso las orejas de su compañero captan el ruido y se crispan en respuesta. Gira violentamente hacia Sonic, el cuerpo preparado y listo para atacar.

Sonic se detiene en seco y levanta ambas manos en señal de "rendición". El erizo color ébano lo observa con desconfianza y todo su lenguaje corporal expresa a gritos lo alterado que se encuentra. Sus ojos carmesí tienen un brillo diferente al de siempre. Son depredadores, afilados como una daga, listos para apuñalar a la primer persona que haga el movimiento incorrecto.

-¿Quién eres?- pregunta, con la voz ronca y profunda. Su respiración es superficial y el cuerpo toma una posición ofensiva, preparado para luchar.

Esto en verdad duele, piensa Sonic. Sus ojos se sienten ligeramente acuosos, pero logra controlarse. Efectivamente Shadow está teniendo un episodio de disociación y al parecer es uno de los fuertes. No es la primera vez que sucede, ni será la última. Pero por más veces que tenga que enfrentarse a esto, por más veces que haya atravesado estás situaciones, igual o menos intensas, Sonic jamás logrará acostumbrarse. Siempre es igual de doloroso ver a su compañero tan asustado y confundido, tan fuera de si mismo, completamente perdido.

Esperando (Sonadow)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora