VEINTICINCO

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Suspiro nervioso antes de tomar el pomo de la puerta y pasar. Estaba tan enamorado de aquel bonito rubio malhumorado. Lo sabía por los latidos rápidos de su corazón cada vez que se miran aunque sea una fracción de tiempo. Adoraba que Jeongin tuviera la iniciativa de iniciar un beso, puesto que él los iniciaba casi todas las veces, pero cuando el rubio los iniciaba siempre eran besos dulces y tiernos que iban de por medio besos esquínales. Cada vez que hacía eso el rubio, las cosquillas en su estómago se hacían presente al igual que los sonrojos en los dos.

Cuando entró, se encontró con el rubio quien estaba tapado por completo con las frazadas. Con cuidado de no hacer ruido se acercó y pudo oír leves sollozos. Se sintió mal por ser el causante de sus lagrimas, Jeongin no se merece que lo hagan llorar. Él merece a alguien que lo haga sonreír en grande y que lo haga feliz.

Se sentó a un lado de él. Los sollozos se dejaron de escuchar para luego Jeongin destaparse y mirar al pelinegro con los ojos en grande. Al instante se le formó un tierno puchero.

-¿Que haces aquí?- dijo con la voz rota-. No te quiero ver, ¿puedes solo irte?

Escuchar esas palabras de parte de Jeongin le dolían más que nada. Lo merecía por ser un orgulloso pero quería por lo menos intentarlo no iba a dejar ir al rubio fácil y tampoco iba poder alejarse de esa dulce criatura que crece en Jeongin.

-Jeongin- intentó tomar las manos del rubio. Jeongin entiendo las intenciones del pelinegro y se alejó.

Seungmin se lo merecía.

-Se que no quieres verme, que me lo merezco, no cuando te deje en la universidad y no haberte hablado estos días, pero por favor solo déjame explicarte- suplicó conteniéndose de perder su dignidad y arrodillarse

Jeongin parecía dudar, pero al final asintió alejándose más del pelinegro. Seungmin apartó la mirada para que él menor no lo viera limpiarse las lágrimas de sus mejillas.

-Se que soy un idiota- mencionó el pelinegro-, también se que me viste besando a Yuna.

Jeongin apartó la mirada tenia vergüenza que el ojiazul viera que le duele. Solo recordar ese momento lo hacía sentir presión en su pecho. No quería dejar que viera que había completamente por el, pero no podía dejar pasar el hecho de que Seungmin lo vio y aún así no dejo de besarse con Yuna.

-Eres un idiota- dijo molesto tomó una almohada y empezó a golpear al pelinegro con esta- ¡Solo quisiste jugar conmigo para luego dejarme! ¿Eso? ¿Porque dejaste que me encariñara de ti?

Sus ojos se llenaron de lagrimas cuando la posibilidad de que Seungmin solo haya jugado con sus sentimientos cruzó por su cabeza. No podía aguantar la sensación que tenía en su pecho que le impedía pensar correctamente.

-¡Basta Jeongin!- lo tomó de las muñecas ejerciendo presión-. Es lo que intento decirte.

-Quiero que te vayas- hablo mientras intentaba zafarse del agarre de Seungmin-. Suéltame, ¡me lastimas!

-Joder- exclamo Seungmin al momento que soltó al rubio-, ya me acuerdo porque te odiaba, porque eres insoportable.

Jeongin se sentó correctamente en la cama. Bajo su mirada dolido si se lo hubiera dicho tiempo atrás no le hubiera afectado, pero ahora estaba tan enamorado.

-Lo siento- tomó la barbilla del menor para que lo mirara a los ojos-. Estaba celoso, muy celoso.

Levantó la mirada cuando escuchó al pelinegro.

-¿celoso de que?- pregunto acercándose al pelinegro. Este sonrió por la repentina cercanía.

-Porque los vi besándose- el ojimiel abrió sus ojos, no tuvo que pregunta con quien lo había visto si estaba claro que hablaba de Hoshi. Seungmin alzó la palma indicándole que no dijera nada-. No hables, solo escucha. Por eso bese a Yuna y te deje ese día, porque estaba muy celoso. No soportaba de que Hoshi te hubiera besado. Quería ser el único de tener ese privilegio y solo pensar que él te beso me hizo sentir furioso, por eso bese a Yuna, quería que de una manera sintieras lo que yo sentí y lo lamento tanto fui un estupido. Se que eso no justifica mis actos, pero en verdad lo siento tanto.

UNA LLEGADA INESPERADA/ SeungInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora