¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Notita: las partes del texto que estén escritos así, se debe a que se está hablando español.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Conocí a Henry gracias a Kal, fue una curiosidad de la vida, acababa de llegar a Londres, era un nuevo continente, un país diferente, una nueva ciudad, con una cultura cien por ciento diferente a la mía.
Después de aceptar una oportunidad única de trabajo, dejando todo detrás, venir a Londres fue una decisión nada difícil, acababa de pasar por una ruptura que desgarro mi corazón, y esta era la oportunidad perfecta para iniciar de nuevo, de cambiar mi vida para mejor y poder olvidarme de un idiota que solo me uso y me engaño.
Después de instalarme, decidí que caminar por la ciudad y así poder conocerla mejor, era una gran idea, así que me vestí como ropa cómoda, y me deje llevar, empecé a caminar y ver lugares turísticos, hasta que llegué a un gran parque, debo admitir que era hermoso.
Y llegar por casualidad a ese lugar, me hizo conocer a una gran persona, el mejor hombre, mejor amigo, mejor amantes, mejor compañero y por supuesto el mejor padre de todos.
Henry llegó a mi vida de manera inesperada, y debo admitir que a pesar de que lo admiraba por su trabajo fui un poco dura con él, lo juzgue mal, después de todo, no tenía muy buena reputación.
Mientras caminaba y veía los alrededores, buscando algún lugar donde pudiera centrarme y comprar café, además de buscar la manera de regresar al que ahora sería mi nuevo hogar. Sin embargo, el universo tenía otros planes para mi.
Escuché ladridos cerca de mí, pero, no me preocupo mucho, había visto muchos perros con sus dueños al rededor; lo que no espere, fueron las grandes patas en mi espada que me impulsaron hacia el suelo, tampoco espere un gran peso sobre mi cuando me di la vuelta y pude ver a mi agresor, tampoco espere las lamidas por toda mi cada, y las cosquillas que estos provocaban.
Mi agresor fue un hermoso y gran Akita Americano, negro con blanco, y a pesar de que todo en el gritaba bondad y cero malicia, aún así una parte de mi no puede evitar pensar que si se lo propone, podría matarme o herirme sin problema alguno.
