Ángeles y Demonios •|Levi Ackerman|•

Eternidad - Parte Única

—¿Y bien? ¿Cómo me veo?.— preguntó la peliroja mientras posaba

—Como una burla hacía los ángeles de verdad ¿Nos vamos?.— con indiferencia el Azabache se dio la vuelta

—Espera Levi ¿Qué sucedió con tu disfraz?.— preguntó reteniendolo felizmente del brazo —Se suponía que ambos nos disfrazariamos de ángeles.

—Estoy disfrazado de ángel.— respondió con tono aburrido —Soy el ángel de la muerte.

Con detenimiento Sahory analizó el disfraz de su mejor amigo; alas en negro y gris, cola alargada y una oz.

—¿Ángel de la que...?.

—Ángel de la muerte.— repitió fastidiado —El demonio del inframundo que se encarga de llevar almas al seol y torturarlas por la eternidad ¿Nos vamos?

—Eso es... ¡Genial!.— dijo mientras daba saltitos de emoción —Yo también quiero llevar almas al ¿Sol?

—Seol, Hades, infierno o llámalo como quieras pero ya vámonos cabeza de fósforo.— terminó por decir y empezó a caminar a su auto con Sahory detrás de él.

La chica subió al auto junto a Levi.
Ella lo había convencido de ir a una fiesta de disfraces juntos por ser halloween y esté había aceptado después de que ella prometiera que se levantaría a planchar el uniforme de la escuela todos los días.

Era costumbre de ella ir por ahí con la ropa arrugada como si una vaca la hubiera masticado y eso molestaba al pulcro azabache que tenía como amigo.

Para dicha fiesta habían acordado vestir de ángeles y así ir meramente iguales pero al parecer Levi lo tomó por otro lado.

Aunque su disfraz era genial. Se veía como un ángel malvado y muy guapo.

—¿Sabías que si robas una pluma de las alas de un ángel de la muerte, esté tendrá que concederte un deseo?.— habló el azabache luego de percatarse de la insistente mirada de Sahory en sus alas

—¿Dices que si robo una de tus plumas me concederas un deseo?.— sonrió ella malvadamente

—En cuanto intentes ponerle un dedo encima a mi disfraz te cortare las manos por querer arruinarlo.— no hablaba en serio, o tal vez si.

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Eran pasadas las dos de la madrugada y Sahory estaba subida sobre una mesa bailando. En cuanto llegaron a la fiesta está había bebido hasta el cansancio.

Levi al ser casi inmune a los efectos del alcohol había cuidado de ella en todo momento pero su paciencia se agotó en cuanto la vió subida en una mesa bailando mientras un par de hombres veían sus curvas con descaro y ella ni siquiera era conciente de lo que provocaba en ellos. (Y en él)

Dos minutos tardó en ir al baño y al volver esa escena brillaba ante sus ojos.

Si bien solo eran amigos eso no fue impedimento para que al azabache lo embargara un sentimiento extraño que desconocía pero que apretujaba su pecho con fuerza.

Al diablo y sí; estaba celoso, estaba ardiendo en celos.

Con la cara evidenciando su molestia fue hasta allí y la bajó después de regalar una mirada de advertencia a aquellos hombres.

—Levi esta celoso.— canturreó la pequeña peliroja mientras caminaba apoyada en sus hombros—Pero yo solo lo quiero a él.

—Cállate, estás borracha.— espetó él con molestia

La subió al auto y condujo hasta el departamento de la peliroja.

Al llegar rebuscó en su bolso las llaves y abrió la puerta, seguido de eso tomó a la chica en sus brazos y la cargó dentro.

Llegando a la habitación la depositó suavemente en su cama pero está no despego los brazos de su cuello.

—¡Auch!.— se quejó él —¡Que te pasa estúpida borracha inconsciente...!— se paralizó a media reacción y luego prosiguió —...Arruinas mi disfraz.

—Dijiste que si te robaba una pluma me concederias un deseo.— habló ella en un tono suave y un poco coqueto mientras le mostraba una pluma entre sus dedos.

—Así que estuviste consciente todo este tiempo y aún así dejaste que te cargara.— aseguró él —Para estar vestida de ángel te aseguro eres el mismísimo demonio.

—¡Cumple tu palabra!.— exigió ella infantilmente

—Bien, bien.— se sentó sobre la cama a su lado siguiéndole el juego —¿Qué quieres?

—Quiero que Levi se quede siempre a mi lado.— confesó en medio de un bostezo

—No seas tonta Sahory...— con sus manos acarició la cabellera peliroja.—Tu y yo estaremos juntos por toda la eternidad...

FIN