Trust - Kimhan

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N/A: El siguiente capítulo ya está terminado. Necesito comer algo, revisarlo y lo subo más tarde. De momento déjenme mucho amor (o críticas) que es mi gasolina.

Espero que les guste.

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"Sé que acordamos ir al bar hoy, pero se atravesó algo del trabajo y tengo que atenderlo esta noche".

Recordó las palabras de Kim al tiempo que se dejaba caer de espaldas en la cama. Estaba enojado y aburrido. Todo el día había estado tan emocionado por la visita al club. Ver a Wik cantar en vivo, bailar un rato con la música electrónica que de antemano sabía que tocaría el DJ y quizá beber un par de tragos desconocidos por él.

A pesar de no tener edad legal para asistir y menos para beber, Kim podía mover sus hilos, de algo debía servir tener un novio influyente y no pensaba desaprovecharlo. Pero no, no sucedió y ahora él estaba ahí, solo en la oscuridad de su habitación mientras Kim atendía sus negocios de los cuales apenas le explicó unas cuantas palabras.

"Llegaré tarde, no me esperes"

¿Qué clase de negocios se tenían que hacer a esa hora de la noche y por qué nunca le contaba detalladamente?

Hizo un puchero, molesto. Se dió cuenta que su humor estaba completamente arruinado y, gateando sobre la cama, se metió bajo las cobijas abrazando una almohada. Una única certeza invadiendo su mente: tanto secretismo debía terminar ipso facto, o de lo contrario le arrancaría la cabeza a Kim uno de esos días.

A veces se cuestionaba por qué amaba tanto a P'Kim; sin duda era dulce, le enseñaba cosas, le hacía regalos y era más bonito acurrucarse con él que con la almohada de pluma de ganzo que abrazaba en ese momento. Además, Kim le había ayudado a descubrir cosas de sí mismo, había reavivado su pasión por la música, le provocaba sentimientos inéditos; le hacía sentir atractivo y deseable y todas esas cosas lindas que le despertaba en la panza. Sin embargo también estaba la parte mala, como por ejemplo que nunca, ni una sola vez, lo había hecho sentir inteligente.

Por el contrario, siempre se sentía estúpido a su lado. Ingenuo, inmaduro, voluntarioso e ignorante. El pecho se le oprimió en respuesta a sus pensamientos. Kim no era justo, Kim no era diferente a Porsche, siempre tratando de protegerlo de la realidad; refugiándolo en el confort de una seguridad ficticia e inventada, y aunque quería confiar en él, era demasiado complicado considerando la circunstancias.

Cuando le increpó qué diablos tenía que hacer trabajando a esa hora de la noche, la corta respuesta fue que tenía una junta, una negociación y a veces esas cosas se extendían toda la noche. Y por supuesto que Porchay decidió creerle, no por gusto sino por obligación, ese había sido el trato. Y ahora estaba ahí, forzado a callar y conformarse con explicaciones de mierda que no le aportaban nada.

Cómodo y aburrido en medio de las frazadas, no pasó mucho tiempo para que el sueño comenzara a vencerlo. Y mientras los párpados pesados se cerraban sin que pudiera hacer nada por evitarlo, en el silencio y la penumbra de la fría habitación con olor a Ylang Ylang, pensó que quizá eso era lo mejor. Cuando abriera los ojos posiblemente Kim ya estaría con él y podrían besarse y charlar un rato. Esta vez no pensaba quedarse callado y guardarse sus sentimientos. Después de todo el acuerdo era que de ahora en adelante se comunicaría mejor y por supuesto Chay le pediría que hiciera lo mismo. Todo estaría bien. Una charla corta y todo sería agua debajo del puente, un pequeño inconveniente del pasado, un contratiempo fácil de superar.

Y así se quedó dormido, inquieto, pero habiendo hallado un poco de paz en su corazón.

No obstante, cuando abrió los ojos y no encontró rastro de Kim en la cama, con el brazo extendido encima del colchón hasta el lado donde Kim dormía recibiéndolo helado y vacío, lo primero que hizo fue sentarse de un tirón y tomar el celular de la mesilla de noche, el cual descansaba en el cargador inalámbrico debajo de la lámpara lateral.

¿Te Conozco? (KimChay +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora