Cap - MEMBRANAS

345 30 61
                                    


Fascinada, caminaba por los pasillos de la empresa, manejaban de todo, desde la más mínima cosa como pequeños medicamentos a algo mucho más grande como lo era la robótica más avanzada que haya visto.

Wow, increíble — alabo T/N observando como, atreves del vidrio, un robot tan sofisticado que parecía realmente un humano, la observó por un momento y luego la saludo, de no ser por los cables que le salían y porque solo tenía la mitad de su cuerpo, hubiera pensado que era un humano real.

— Y eso no es todo — sonrió Dib — espera a ver el área de laboratorio, allí es donde trabajarás.

La emoción de T/N se hizo más grande, al imaginarse de que estaba tan cerca de cumplir su sueño de toda la vida, le faltaba solo año y medio para terminar la secundaria, y luego de terminar su carrera en la universidad, gracias a su beca empezaría a trabajar en alto rango desde el primer día.

Por su mente, paso la idea de ser ella quien estuviera ahí, junto a los demás científicos con una bata blanca de laboratorio descubriendo cosas inimaginables para la humanidad. Una sonrisa se paso en su cara al ver que esa posibilidad, ya no era tan alocada como lo pensaba hace algunos años.

— Llegamos — comento Dib, dándole una ligera sonrisa, le agradaba verla feliz, claro, luego de haber “discutido” un día antes, pero no quería arruinar el momento hablando del tema.

No puede ser — hablo sin palabra más alguna, pues luego de ponerse un gorro, guantes, botas y lentes de seguridad, entraron a un área restringida de la cual Dib tenía acceso ya que lo necesitaba para sus estudios como heredero.

El lugar era tan gigantesco, que la chica no se podía creer que si se esforzaba lo suficiente, sería la jefa de todo el lugar. Se encontraban tanto físicos, como químicos estudiaban comportamientos y hacian una que otra fórmula en diversos tableros, de manera tan rápida que no se podía creer que lo estaban pensando de verdad.

Cuando salían del área de restricción, quitándose los implementos de seguridad fueron rodeados por la voz de una mayor.

— ¡Dib, cariño! que gusto verte ¿Que te trae por aquí hoy mi cielo — hablo amable, una señora ya mayor, demostrando cierto cariño por el chico.

— ¡Hola, abuela! Hoy estoy aquí haciendole un recorrido a la becada — menciono el chico, presentando a T/N que no había puesto atención por estar inmersa en el mundo de la ciencia — Abue, ella es T/N, ganadora de la beca del proyecto Membranas, T/N, ella es Margareth Membrana, mi abuela y jefa del laboratorio desde hace años.

— Es un gusto conocerla al fin señora — se presentó T/N estirando su mano para saludarla, no se podía creer que estuviera enfrente de la gran Margareth Membrana, reconocida por sus avances en la biología, pero está, no parecía muy contenta de verle.

— Claro, ya veo, así que tú eres quien reemplazara a mi niña — juzgo de arriba abajo la apariencia de la chica — Mmm, eres linda y tienes buenas caderas — dijo mirándola — supongo que podrías tener buenos niños, para eso almenos debes servir.

— ¡Abuela, ya hablamos de esto! — exalto Dib con un pequeño rubor en su rostro, mientras T/N pensaba de que niños hablaba la señora.

— ¡Disculpa! Solo digo que es una locura de parte de tu padre, que escogiera a una niña que salió de la nada, en vez de una verdadera Membrana — respondió fingiendo culpa — no tengo tiempo para enseñar de nuevo lo que por años le estuve inculcado, sin duda Gaz merecía mi puesto, una verdadera Membrana.

— No quiero ser grosero, pero con todo respeto abuela, te recuerdo que T/N se ha ganado su lugar justamente y no necesita de tu aprobación para seguir adelante con el proyecto. Sea Membrana o no, ella será quien ceda tu lugar cuando te retires, y de no querer, espero a que te acostumbres qué en unos años, sea ella quien sera tu jefa.

La señora, sonrío al ver la determinación que le daba su nieto, digno de un Membrana como debía ser, sin embargo, la contraria no dijo ni una sola palabra, ni intento defenderse de alguna forma, sin duda alguna, no sobreviviria al lugar, mucho menos si quería llegar a dirigirlo — espero y no lo hagas arrepentirse de sus palabras, señorita T/A, a mi parecer mi nieto te está dando demaciado crédito, más del que debería.

Fue lo último que comento la Dr. hacia T/N, luego se despidio tranquila con un beso en la frente a Dib, y una mirada confiada a la menor, sin duda, no sabía que estaba pensando cuando dijo que ahora alcanzar su sueño sería fácil.

— No le hagas tanto caso a mi abuela, está dolida porque le ha estado enseñando a Gaz desde que nació, y ahora serás tú quien heredará este lugar — pidió Dib, sentándose junto a la chica en una de las mesas del gran comedor vacío, parecía que nadie tenía tiempo para comer a esta hora.

— Lo se pero, si es así, ¿porqué soy yo quien está aquí estudiando, en vez de Gaz? — pregunto T/N, mientras abría el empaque de una barra de chocolate.

— Es una larga historia, pero igual no te preocupes por ello, Gaz no está molesta de que estés aquí, es más, se nota que le agradaste al instante — respondio Dib, mientras venía como la contraria le daba un mordisco a la barra.

— Sabe muy bien — susurro bajo ignorando la respuesta, los chocolates siempre la ponían de mejor humor, pero pensaba en que estaría haciendo Zim en este momento.

¿Le preocupaba? Si. no quería pensar que otros niños lo molestaran mientras ella no estaba, por su personalidad, era claro que Zim tenía la capacidad de defenderse, pero por alguna razón, no entendía el porque no lo hacía.

Su vista paso por el comedor a uno de los pasillos, observó por un momento la puerta que raramente le parecía intrigante, tenía un cartel de --prohibido el paso-- y sin pensarlo, la puerta fue derribada dejando un gran hoyo en la pared.

Su barra callo a la mesa, al ver que de esta salía una clase de monstruo que sorprendentemente parecía una copia del Dr. Membrana pero algo rojo y más grande. Ella, lo único que pudo hacer, es quedarse con la boca abierta al ver cómo este se acercaba.

¡Holaaa chicooos!

°Tenias Que Ser Tu...° ◖⁠Bestia AU◗ (invader zim x lectora) CANCELADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora