𝒗. 𝘆𝗼𝘂 𝘄𝗼𝗻'𝘁 𝗱𝗼 𝗶𝘁

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𝖢𝖠𝖯𝖨𝖳𝖴𝖫𝖮 𝖢𝖨𝖭𝖢𝖮 | 𝗡𝗢 𝗟𝗢 𝗛𝗔𝗥𝗔̄𝗦

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𝖢𝖠𝖯𝖨𝖳𝖴𝖫𝖮 𝖢𝖨𝖭𝖢𝖮 | 𝗡𝗢 𝗟𝗢 𝗛𝗔𝗥𝗔̄𝗦.

Las gemelas Holmes caminaban buscando un vagón libre en el cual poder descansar todo el viaje. Pararon subgaminar cuando Aleen vió como el mismo hombre con sombrero salía de un vagón y entraba en el mismo donde habían dejado al joven vizconde.

No bastó ni un minuto para que las dos empezaran a escuchar gritos.

───¿No crees que estamos siendo egoístas? ───La pregunta de la Aleen hizo que Enola reflexionara por un momento, sin embargo la castaña no esperó mas y salió corriendo.

La mayor iba detrás de la oji-verde quien ni siquiera se había dado cuenta de que su hermana la estaba siguiendo.

Abrieron la puerta del vagón y rápidamente Aleen reaccionó tomando el mismo bastón con el que su hermana y ella habían amenazado al joven anteriormente. Sin pensarlo mucho la pequeña Holmes golpeó con el bastón al hombre.

El del sombrero se desestabilizó y cayó al suelo.

Entonces en ese momento Aleen tomó la mano del joven y lo sacó a rastras del vagón. Se sintió un poco tonta al no haber ideado un plan, eran tres niños contra un adulto que a lo mejor siempre perseguía a muchachos perdidos para llevarlos a su casa.

Enola y Tewksbury empezaron a discutir. La castaña menor no tuvo tiempo de escuchar sus peleas verbales ya que su mente estaba creando un plan para poder escapar del hombre.

Los tres jóvenes entraron a un compartimiento donde había carbón, era el final del tren. La oji-verde salió de ahí y llegó a otra vagón donde le hizo señas a sus compañeros para que pasaran.

───¿Es la mejor opción? ───Preguntó horrorizado el único chico presente.

───¿Tienes una idea mejor?

El joven negó.

───¡Rápido!

Salieron viendo así el verde pasto y un abismo cerca de él. Enola miraba el puente que cruzaba el rio creando un plan, luego miró a su hermana.

Como si Aleen le leyera la mente suspiró devastada, no había otra opción.

───¿Confian en mi?

───obviamente no.

───Si..

───Si calculamos bien, lograremos escapar del hombre.

───Mira Tewksbury, tenemos solo dos opciones.───Enola se giró para ver al causante de porque las hermanas se encontraban huyendo.

───Y ¿en cuál de esas no muero?───El joven cegado por el miedo buscó una respuesta coherente de la hermanas.

───En esta.───Aleen tomó la mano del chico a su lado y la de su hermano y entonces al mismo tiempo los tres se tiraron con la esperanza de no ser encontradas y tener run perfecto escape.








───Arruinaste la fase tres de mi plan ¿Sabes? ───La mayor de las hermanas interrumpió el silencio que se había formado por unos cuantos minutos. Hace más o menos una hora los tres habían saltado del tren y ya se encontraban exhaustos de tanto caminar.

───¿Fase qué? ¿Quienes son?───El joven se confundió aún más. ───Estuvimos al borde de la muerte, por lo menos debo saber sus nombres ¿no?

───Somos Aleen y Enola Holmes───Respondió la menor ya harta de la situación, todo el rato que habían estado caminando el castaño les había estado preguntando sus nombres.

Estaba simplemente cansada.

Cansada de dos cosas, de la insistencia del vizconde y de la caminata sin rumbo que estaban teniendo.

───¿Holmes? ¿Cómo Sherlock Holmes?

───Si, y nos estamos ocultando, así que olvida esa parte de la información. ───Espetó Enola con el mismo tono que había estado usando para responder todas las preguntas del joven Tewksbury.

───Se ocultan porque trabajan para el.

───No, nos ocultamos de él. ───Aleen sonrió sarcásticamente. ¿Como habían pasado de convivir con un detective a huir del detective?

───Asi que, por eso están con ropa de varón.───Asumió el chico con una sonrisa de satisfacción en su rostro, por fin había podido sacarle información a las chicas. Le había costado, pero lo logró.

───Wow, si que te costó..

───Exacto, asi que por eso no dirás nada.

───¿Y?

───Se dice gracias.───La mayor de las hermanas paró su caminar para poder mirar mejor al vizconde que también detuvo su andar confundido por la repentina acción.

───¿Por qué?

───¿Como que porqué? ¡Te salvamos la vida! ───Chilló Aleen indignada por el comentario tan descarado.







Después de varias horas caminando sin destino alguno la menor de los Holmes empezó a tener hambre. Sus tripas sonaban y el sonido de estas no había pasado desapercibido para ninguno de sus acompañantes.

───Debemos buscar donde dormir.

───Deberíamos comer pronto. ───Interrumpió Tewksbury que le había parecido tierno el hecho de que la castaña no dijera que en pocas palabras se estaba muriendo de hambre.

───No hay para comer.

───Claro que si.───El joven castaño se acercó a una planta que ninguna de las hermanas había visto en su corta vida. ───Arctium lappa, mejor conocidas como bardanas. Deliciosas...───Recompuso su caminar observando lo verde de su alrededor.───Trifulim tréboles ───Caminó hacia otra planta con una sonrisa triunfante en su rostro.───Lo sabía...Hongos.

Aleen muerta por la curiosidad se acercó a tewksbury para poder observar mejor lo que tenía en sus manos.

───Agaricus Lapines, la princesa, muy deliciosa. ───Se levantó del pasto y se giró a ver a las hermanas.───Si logran encender fuego, nos prepararé un festín.

───Está bien.

───No soy un completo tonto.───Aleen rió por lo bajo, irritante si era cuando se lo proponía.

───No, después de todo no lo eres.

𝐇𝐎𝐋𝐌𝐄𝐒 ; t𝖾𝗄𝗐𝗌𝖻𝗎𝗋𝗒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora