|| Todos sus caprichos || ⚖️

1

La puerta de su departamento sonó justo cuando iba a entrar al jacuzzi, no esperaba a nadie y la verdad es que luego de un largo día de trabajo en el juzgado solo quería relajarse y echarse a dormir. Camino enojado hacia su entrada enrollándose una toalla en su cintura antes de abrir la puerta de par en par encontrándose con la persona que menos esperaba hoy

-¿Rubius? ¿Qué haces acá?

-Yo...emm- bajo la cabeza avergonzado- Pasaba a verte- Sam soltó un suspiro cansado

-Mañana es el último día del juicio, debo descansar y tú también

-Lo sé, pero...no puedo dormir- notó al chico morder su labio inferior- Y pensé que...ya sabes...tal vez sí...

-No te daré el veredicto del jurado, no puedo

-Por favor Samuel- lo miro con desesperación- Solo quiero saber si Titi se quedará conmigo o se irá con su padre al cual ni le interesa

-Ya incumplí varias normas por ti Rubius, lo siento, pero no puedo darte esa información

Sin darse cuenta el castaño entro a su departamento cerrando la puerta de golpe, se apegó a él, bajando su mano por su abdomen hasta llegar al inicio de su toalla presionando esa parte

-¿Ni si quiera si hago méritos para conseguirla?

-Rubius...-soltó un jadeo al sentir como el chico comenzaba a mover su mano en esa parte sensible

-¿Cuántas veces lo hemos hecho así? Yo te doy lo que quieras y tú me das información- lamió el cuello del contrario comenzando con pequeños besos- Por favor Vegetitta, cumpliré todos sus caprichos

Samuel gruño por lo bajo, tomando la cara del chico con fuerza y uniendo sus labios, Rubius soltó un gemido de sorpresa, pero se dejó besar, por el contrario. Sintió como las manos del pelinegro bajaron desde su espalda hasta su trasero apretándolo antes de alzarlo en el aire haciendo que enrolle sus piernas alrededor de sus caderas

Los besos de Rubén se concentraron en el cuello del chico mientras era llevado a saber dónde, pensó que era a la cama, tal vez incluso al sofá o encima de la mesa del comedor, pero nunca pensó sentir el calor del jacuzzi en su cuerpo, haciendo que su ropa se pegue a su piel. Samuel se sentó dejándolo sobre sus piernas, lo cual aprovecho para moverse sobre su notable erección

-Alto- tomo sus caderas para detenerlo- No vayamos tan rápido

-Pensé que...

-Déjame a mí, tu solo disfruta

Comenzó a quitarle la polera que lo cubría dejando su pecho al aire, su lengua fue hábilmente a sus pezones, lamiendo y chupando cada uno de una manera lenta y tortuosa. Rubius gimió cuando mordió suavemente uno mientras con su mano libre usaba sus dedos para jugar con el otro.

El baño se fue llenando de gemidos y vapor debido a sus respiraciones agitadas, tanto por la atención que le ponía Vegetta en esa parte del pecho del castaño y porque el contrario movía su mano de arriba abajo en la erección que había liberado del pelinegro.

Sintió la mano de Samuel dejar su pecho para desabrochar sus pantalones y sacarlos del camino al cual quería llegar. Rubius tuvo que morder sus labios al sentir uno de los dedos del mayor entrar sin mucha dificultad, haciendo círculos en toda su entrada

-¿Porque aprietas mi dedo? ¿Acaso te vas a venir por ese simple toque? - Rubius le respondió con un gemido al sentir los movimientos dentro de él- Eso pensé

Su mano presionó la punta del miembro del castaño, antes de acariciar toda su longitud y comenzar ese exquisito vaivén de movimientos por toda esa parte. Entre que lo masturben y lo estén follando con los dedos, Rubius no podía parar de gemir y retorcerse bajo sus toques