Quackity está harto del maltrato que recibe de parte de sus hermanastros y padrastro, el solo quería ir a aquel baile.
Y por arte de magia, la hada Staxx se lo cumple.
Portada hecha por mí.
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Había una vez...
El sol se empezaba a fijar por la ventana y los pájaros empezaban a cantar intentándolo despertar (literalmente). Abrió los ojos un tanto pesado para proceder a sonreír, a pesar de que no tenía una vida totalmente perfecta, agradecía despertar cada mañana.
Y más con sus pequeños amigos, aún que no eran muy humanos por decirlo así.
Sapnap y Karl eran dos de sus amigos ratones, se podría decir sus mejores amigos en realidad. Además de ellos también tenía a Tommy y Ranboo, caballos; y Tubbo, un ganso.
Y claro que no podemos olvidar a Rubén, un joven campesino de su misma edad que vive cerca de ellos. Cuando uno de los dos está libre visita al otro a escondidas por si alguien los ve. Rubén y Quackity tienen casi la misma situación, a diferencia de que Rubén trabaja por gusto y el, no.
Estaba decidido a dormir unos minutos más, cuando escucho las molestas campanas provenientes de la cocina, que estaban conectadas a las habitaciones de sus hermanastros. Rodo los ojos y suspiro, contó hasta tres y se calmó.
- ¡¡QUACKITYYYYYY!!-
Era el colmo.
Se levantó con mala gana como casi todas las mañanas, sus hermanastros realmente eran una molestia, pero al final no se podía quejar mucho. Era el sirviente de su propia casa, limpiaba la chimenea y las ventanas, sacaba el polvo de los sillones y barría el granero, alimentaba a los cerdos y lustrava los zapatos. Además de preparar las tres comidas del día a sus hermanastros y padrastro, planchar sus ropas y prácticamente, hacer todo ahí.
Esa era su rutina todos los días, a veces se preguntaba cómo es que llegó a esa situación y luego recordó que fue por el fallecimiento de su madre.
La extrañaba mucho.
Era una hermosa mujer de cabellos negros y piel tan blanca como una perla, unos ojos bellísimos de un color verde que te dejarían hipnotizado. Que eso fue exactamente lo que sucedió con su padrastro. El observó a su madre y se enamoró.
Jschlatt era un hombre muy codicioso, el cual solo le importaba el dinero, la alta sociedad y sobre todo, darles lo que pidan a sus dos hijos, Dream y Wilbur. ¿Pero quién se hubiera imaginado que Jschlatt, al ver a su madre, dejaría todo eso atrás para poder estar con ella?.
El y su madre no vivían en una riqueza muy grande pero si cómodamente en una linda casa de dos pisos y granero en medio de un bosque, un poco alejado del reino, cuando su padrastro y hermanastros llegaron a su vida se llevó bien con ellos al principio, pero al crecer y después del fallecimiento de su madre, el antiguo Jschlatt volvió.