17. Prisionera del odio.

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~Robin~

Estuvo lloviendo toda la noche, incluso ahora que era la mañana siguiente, la lluvia continuaba.

Nancy seguía durmiendo a mi lado, no nos habíamos levantado en toda la noche, algunas de nuestras prendas seguían tiradas por el suelo de la habitación.

Solo de recordar lo que había pasado esa noche, me llenaba de vergüenza, nunca le había mostrado ese lado de mi a nadie, pero estaba feliz de que Nancy fuera la primera.

Me pegue más a ella y me acurruque cerca de su cuello para poder oler su perfume dulce, intentaría dormir un rato más.

Cuando estuve apunto de quedarme dormida, unos fuertes golpes en mi puerta me despertaron.

¿Quien podría ser a esta hora y con este clima?

Me levante extrañada de la cama y intente vestirme rápidamente, estaba molesta de que interrumpieran mi momento de paz.

—¿Qué sucede cariño?-Pregunto Nancy aun adormilada.

—Están tocando la puerta, seguramente es algún vendedor, iré a ver-Aunque con estas lluvias lo dudaba mucho.

—Esta bien, no tardes mucho.

Los golpes continuaban, baje las escaleras y fui directo a abrir la puerta.

Al abrirla, quede congelada cuando vi que las personas que tocaban mi puerta eran mis padres.

—Vaya que tardaste en abrir, nos estábamos mojando aquí afuera.

Me quedé en silencio, no sabía que decirles, ellos entraron a la casa aún sin una invitación.

—La casa es un desastre Robin, deberías recoger más seguido.

—¿Por qué vinieron?—Pregunte.

—La última vez que hablamos te dije que iríamos a visitarte pronto.

—No pueden estar aquí.

—Parece que alguien no está muy feliz de vernos—Dijo mi padre.

—Por favor, váyanse.

—¿No vas a hacer que regresemos con esta lluvia o si? Es peligroso así que nos quedaremos.

Supongo que no tenía opción de decidir así que solo agache mi cabeza y negué con ella.

—¿Tienes visitas? Puedo jurar que ese auto que esta estacionado ahí no es tuyo.

Por un momento había olvidado que Nancy seguía durmiendo en mi habitación, si mis padres la veían así no se de lo que serían capaz.

—Sí, mi amiga se quedó a dormir, vino de visita ayer pero comenzó a llover y se quedó porque era peligroso manejar así de noche.

Pude notar en la cara de mi madre que no me creía mucho, vi una expresión de disgusto en su boca.

—Les iré a traer unas toallas para que se sequen.

Me di la vuelta y subí apresuradamente las escaleras, fui directo a donde estaba Nancy para advertirle lo que pasaba.

Al entrar al cuarto vi que ella ya se había vestido y estaba de pie.

Sobre Aquella Colina | Ronance | Robin x NancyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora