la fosa de las marianas

9 1 11
                                    

Me desperté por que sentía una gran presión en el pecho y miré por el ojo de buey, estábamos bajo el agua, salí y vi que Uri y aliquis estaban mirando la ventana con expresión de suplica

-que pasa?- pregunte

-la fosa de las marianas, ahí probabilidades de que la manada de uri esté aqui- respondió aliquis

-eyos vienen aquí cuando la marea baja- explico uri

-1 ves al mes o algo así no?- pregunte

-si- respondió uri

Me puse a mirara con ellos y note que aliquis tenia a toda la tripulación checando, cuando de pronto se escucha un golpe,

-la presion- ablamos yo y aliquis a la vez -el submarino es demaciado grande para aguantar tanta presion-

-ay que subir- dijo aliquis

-pero..- uri no termino por que aliquis corrio a la cabina de control y el submarino empeso a subir

-lo siento Uri- le dije, tratando de consolarlo-. Tal vez podamos encontrarlos otro día, cuando el mar esté más tranquilo.

Uri asintió con tristeza, pero no dijo nada. Se notaba que estaba decepcionado por no poder ver a los suyos.

De repente, sentimos un fuerte tirón que nos hizo perder el equilibrio. El submarino se sacudió violentamente, y escuchamos un estruendo metálico.

-¿Qué pasa?- grité, asustada.

-No lo sé- respondió Aliquis, alarmado-. Algo nos ha agarrado.

Miré por la ventana y vi algo que me heló la sangre. Era una enorme masa de tentáculos que rodeaba el submarino. Cada tentáculo medía varios metros de largo, y tenía ventosas y ganchos que se clavaban en el casco. En el centro de la masa, se distinguía una boca gigantesca llena de dientes afilados.

-Es un kraken- murmuró Uri, con terror.

-Un qué- pregunté, sin creer lo que veía.

-Un kraken- repitió Aliquis-. Un monstruo marino legendario. Parece un calamar gigante, pero mucho más grande y feroz. Es capaz de hundir barcos enteros con sus tentáculos.

-Pero eso es imposible- dije-. Los krakens no existen. Son solo un mito.

-Pues este parece muy real- dijo Aliquis-. Y no tiene buena pinta. Está tratando de aplastarnos.

-¿Qué podemos hacer?- pregunté, aterrada.

-Tenemos que soltarnos de su agarre- dijo Aliquis-. Voy a activar los propulsores y las hélices. Tal vez podamos escapar si le hacemos daño o le distraemos.

Aliquis volvió al panel de control y pulsó varios botones. El submarino se puso en marcha y empezó a vibrar. Los tentáculos se tensaron y se retorcieron, pero no nos soltaron.

-No funciona- dijo Aliquis-. Es demasiado fuerte.

-Tenemos que pensar en otra cosa- dije-. ¿No tenemos algún arma o algo que le pueda hacer daño?

-Solo tenemos unos torpedos- dijo Aliquis-. Pero no creo que sean suficientes para perforar su piel. Además, podríamos dañar el submarino si los usamos a esta profundidad.

-Entonces estamos perdidos- dije, resignada.

-No digas eso- dijo Uri-. Todavía hay esperanza.

Uri se acercó a la ventana y miró al kraken con determinación. Luego se quitó la ropa y saltó al agua.

-Uri, no- grité, horrorizada-. ¿Qué haces?

Uri no me escuchó. Se sumergió en el agua y nadó hacia el kraken. Su cola azul y rosa brillaba en la oscuridad. Vi cómo usaba su poder para manipular el agua y crear unas burbujas que rodeaban al kraken. Las burbujas explotaban con fuerza, haciendo que el kraken se estremeciera y soltara algunos tentáculos.

-Está tratando de liberarnos- dijo Aliquis, admirado-. Es muy valiente.

-O muy loco- dije yo-. No puede enfrentarse solo a ese monstruo. Tenemos que ayudarlo.

-Pero ¿cómo?- preguntó Aliquis-. No podemos salir del submarino sin arriesgarnos a morir aplastados o devorados.

-Tal vez podamos usar el sonar o alguna señal acústica para distraer al kraken o asustarlo- sugerí-. Algo que le moleste o le duela los oídos.

-Es una buena idea- dijo Aliquis-. Voy a probarlo.

Aliquis fue al panel de control y activó el sonar del submarino. Una onda sonora salió del aparato y se propagó por el agua. El kraken reaccionó con furia y soltó más tentáculos. Uri aprovechó la oportunidad y se acercó a la boca del monstruo. Vi cómo le lanzaba una burbuja que entró en su garganta y explotó. El kraken rugió de dolor y escupió un chorro de tinta negra. Luego soltó el submarino y se alejó nadando.

-Lo logró- dijo Aliquis, aliviado-. Uri lo logró.

-Sí, pero ¿dónde está él?- pregunté, preocupada.

Busqué a Uri con la mirada, pero no lo vi por ninguna parte. El agua estaba turbia por la tinta del kraken. Temí lo peor.

-Uri- llamé-. Uri, ¿dónde estás?

No hubo respuesta.

-Uri- volví a llamar-. Por favor, responde.

Seguí esperando, pero no escuché nada. Solo el silencio del mar.


el nuevo viaje submarino/fanfic de julio verneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora