Capítulo 13: Un hombre en una misión.

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"Aprendí que el corage no era la ausencia de miedo, sino el triunfo sobre él. El valiente no es el que no siente miedo, sino el que vence ese temor".

Nelson Mandela

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Instituto de Neurociencias del Hospital GW - Pennsylvania Avenue, NW 7 South, Washington, DC (mayo del 2014):

Siendo ingresado a esa cámara de resonancia magnética, Xing respiró hondo y se quedó muy quieto mientras escuchaba los sonidos mecánicos de aquel artefacto, media hora después, vestido y sentado ante el escritorio del especialista, giró la mirada hacia el monitor de la computadora, ahí, en esas clásicas imágenes blanco y negro, veía su cerebro expuesto en detalle.

—Todo me parece bien —comentó el doctor—. Considerando nuestra última consulta. ¿Está realizando algún tratamiento alternativo...?

Xing no dijo nada, siguió mirando la pantalla, en aquel punto negro del corte transversal de su cerebro y, asintiendo, supo que esa consulta había terminado. Dejó el hospital solo un par de minutos después y, conduciendo su clásico Toyota borgoña, puso como próximo punto de destino la chatarrería del barrio industrial sur, ahí, cambiando de vehículo, se sentó en el asiento del pasajero del vehículo de aquella lorialet.

—¿Quieres encontrar a los niños de Colina Blanca? —preguntó Farah Manzul girando hacia él alzando las cejas—. Bueno, si tienes dinero puedes hacerlo.

—Bien, no importa, solo encuéntralos —dijo él haciendo girar aquel viejo walkie-talkie entre sus manos.

Farah le miró de soslayo, centrándose en esa radio con la cual él siempre cargaba y, suspirando, enfocó la mirada al frente... Conocía a ese hombre desde hacía tanto... pero esa era la primera vez que le veía con esa expresión... casi era como un condenado a muerte.

—¿Qué pasa contigo? Escuché que la gente cambia cuando está a punto de morir. ¿Hay algo mal?

—Eres inteligente —respondió Xing, después de unos segundos, se giró hacia ella—. Estoy a punto de morir. Así que por favor, date prisa.

—¿Eh...?

—¿Mi otro encargo?

—Ah... sí... —ella sacó un sobre gris y se lo entregó—. La identidad que creaste tras la Colina Blanca de Grecia está lista. Incluso ya implanté un algoritmo en los programas del Ministerio para que trabajen con esto... —añadió ella agitando una mano ante su rostro—. Pero el cómo te presentes ante los demás será tu trabajo.

—No hay problema —respondió Xing abriendo el sobre y sacando en primera instancia un pasaporte, el nombre en él era Jeremy Stephen Donovan.














Policía metropolitana de Sion - Portland (hace nueve meses atrás):

En la penumbra de su habitación, Jeremy sacó una de sus piruletas y se la llevó a la boca, tras eso alzó entre sus manos una carpeta y de ella a su vez extrajo un grupo de fichas de información, las hojeó una a una, y sonrió en cuanto vio la planilla de postulación de Zinov Smirnov, ese chico siempre le había seguido con un cariño especial, quizás Benedikt Smirnov era demasiado estricto con el chico... Zinov había sido el que más abiertamente había mostrado su tristeza cuando Ian y Svetlana se habían separado...

Secretos en Colina BlancaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora